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El culturista que se casó con una muñeca hinchable dice ahora que está enamorado de un cenicero

Ya te contamos hace tiempo la historia de Yuri Tolochko, un culturista de Kazajistán que se casó con su «novia», una muñeca hinchable. Aquello tenía su miga porque la llevaba de paseo, de viaje y a cenar a sitios caros. Así, tras ocho meses de noviazgo, según él, le pidió matrimonio y supuso haber oído […]

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Ya te contamos hace tiempo la historia de Yuri Tolochko, un culturista de Kazajistán que se casó con su «novia», una muñeca hinchable.

Aquello tenía su miga porque la llevaba de paseo, de viaje y a cenar a sitios caros. Así, tras ocho meses de noviazgo, según él, le pidió matrimonio y supuso haber oído un «sí, quiero».

La cuenta de Instagram de Tolochko era una colección de imágenes de la vida en pareja de este señor y su peculiar esposa, Margo.

Sin embargo, esta vida de ensueño sufrió un vuelco cuando el deportista admitió infidelidades. Luna y Lola, así se llamaban sus dos amantes… y sí, eran otras dos muñecas hinchables. La pobre Margo se desinfló de la pena y la pareja se divorció en mayo de este año.

De Margo no hemos vuelto a saber nada, pero esperamos que haya tomado aire para vivir una nueva vida. De Tolochko sí que sabemos y de nuevo ha encontrado el amor… ¡con un cenicero!

Has leído bien, este señor asegura haberse enamorado del cenicero de un bar. «Al principio, simplemente arreglé una sesión de fotos con él, pero luego empezó a atraerme», explica confesando que «quería tocarlo de nuevo, olerlo… me encanta su aroma brutal, el toque del metal en mi piel… es realmente brutal». «También me gusta que tiene una historia, que no es nueva, que ha servido a mucha gente y sigue sirviéndola», cuenta este romántico.

Según él, ha llegado a un acuerdo con los dueños del local para que le presten el cenicero algunas noches. Lo que no sabemos es quién narices va a querer tocarlo después de lo que suponemos que pasará durante esas horas de amor desenfrenado. «No quiero comprar un cenicero nuevo o que me lo regalen para siempre, deseo que siga funcionando en beneficio de la gente, amo esta historia», concreta.

«Se verá genial en mi harén (mis bebés estarán felices), Lola y Luna lo apoyarán», opina Tolochko ¡ay, si Margo hubiera sabido todo esto antes!

«También puedo insertar una vagina artificial en su orificio ¿qué piensas al respecto? ¿y cómo me dejarán ser su novio?», zanja este señor.

 

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