Sí, has leído bien el titular, un señor llamado Dean Karnazes corrió 50 maratones en 50 días consecutivos en 50 Estados distintos, una cifra brutal para la resistencia de un ser humano «normal».
Cuando hacemos ejercicio, el cuerpo va convirtiendo la glucosa en energía que produce ácido láctico como subproducto. A medida que se acumula en los músculos causa calambres y fatiga, lo que indica que es horar de parar y no seguir forzando el cuerpo. Pero Karnazes nunca recibe esas señales y es capaz de correr sin parar, algo que aprovecha para participar en las carreras de resistencia más duras del mundo.
«Por mucho que corra no se agarrotan mis músculos», explica el deportista, que una vez quiso conocer sus límites, empezó a correr y paró… ¡a los tres días y medio! «Empecé a quedarme dormido mientras corría la tercera noche e incluso tuve alguna alucinación, así que paré», contó a la BBC, pero claro, ya llevaba 81 horas de carrera en las que había recorrido más de 500 kilómetros.
Ya de niño, en una prueba de resistencia dio 105 vueltas a una pista cuando sus compañeros habían parado en la 15ª. Pero tras sus estudios no continuó haciendo deporte y lo retomó siendo ya un treintañero. Eso sí, hasta 2006 no supo que su cuerpo era «sobrenatural». En ese momento se sometió a una prueba de «umbral láctico» que debía durar 15 minutos, pero tuvieron que pararla cuando llevaba ya una hora y no había límite.
Otras de sus proezas son haber corrido más de 200 kilómetros a través del Valle de la Muerte (California), con temperaturas que superaban los 45º y, en el otro extremo, correr en el Polo Sur a -25º.
A sus 54 años, Karnazes aprovecha su experiencia personal para escribir libros de autoayuda, deporte y alimentación saludable.
