Tras cerrar una Liga gris el pasado sábado en San Mamés, en la que, entre otras cuestiones, no ha sido capaz de ganar ni un solo partido lejos de Nervión, los de Unai Emery encaran la verdad de una temporada en una semana clave para marcar el devenir deportivo del club.
Llega la semana de la ilusión a la casa del sevillismo con dos finales por delante capaces de voltear el suspenso liguero por un sobresaliente, que incluso podría sellarse con una matrícula de honor. Así, en apenas 48 horas, el Sevilla jugará la final de la Europa League frente al histórico Liverpool. Tal vez se trate de la final más importante de ambas, por dos razones. Primero, porque ganarla tiene el premio de la Champions. Y segundo, porque evidentemente existen más opciones de vencer a los ingleses que al Barça. Pero nadie como el Sevilla para competir finales en una década dorada en la que serán catorce las disputadas.