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Descubren una nueva especie de pterosaurio triásico en fósiles de 200 millones de años

Un equipo internacional de paleontólogos, con participación del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), ha descubierto una especie de pterosaurio triásico de hace 200 millones de años, bautizado como ‘Caelestiventus («viento celestial») hanseni’, y es uno de los más antiguos miembros de este grupo que se han encontrado. El descubrimiento, publicado en ‘Nature Ecology […]

Un equipo internacional de paleontólogos, con participación del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), ha descubierto una especie de pterosaurio triásico de hace 200 millones de años, bautizado como ‘Caelestiventus («viento celestial») hanseni’, y es uno de los más antiguos miembros de este grupo que se han encontrado.

El descubrimiento, publicado en ‘Nature Ecology and Evolution’, se basa en fósiles del espécimen recuperados en Utah (Estados Unidos) que incluyen la mayor parte del cráneo y una falange del ala y se conservan en tres dimensiones, en lugar de estar aplastados como ocurre habitualmente con lo restos de pterosaurios triásicos, que son «extremadamente raros» y frágiles.

Esta especie era relativamente grande en comparación con otras del mismo periodo, con una envergadura de más de 150 centímetros, según el hallazgo del profesor de ciencias geológicas de la Brigham Young University Brooks Britt, con participación del especialista en pterosaurios y profesor asociado del ICP Fabio Marco Dalla Vecchia.

Según Britt, el descubrimiento «permite indagar sobre el origen de los pterosaurios», reptiles extintos que vivieron desde el Triásico superior hasta el Cretácico superior (hace entre 215 y 66 millones de años) y, hasta ahora, todos los encontrados provenían de depósitos marinos en los Alpes: solo se conocían 30 ejemplares de pterosaurios triásicos, y ninguno de ellos vivía en los desiertos.

El ‘Caelestiventus hanseni’ es unos 65 millones de años anterior a todos los pterosaurios del desierto conocidos: «Nos confirma que eran extraordinariamente diversos y que vivían en ambientes muy diversos, desde hábitats costeros marinos, insulares, fluviales e incluso desérticos».

De este esqueleto se han recuperado «los dos lados de la cara y la calota, que incluye la impresión dorsal del cerebro, así como la mandíbula y una falange del ala», ya que fueron las primeras criaturas tras los insectos que desarrollaron el vuelo propulsado, en lugar de planear.

Estos huesos proporcionan una visión única de la evolución de los primeros pterosaurios, ya que se observa que probablemente tenía una bolsa gular, como la que presentan los pelícanos o fragatas actuales bajo el pico.

Además, la calota conserva la impresión del cerebro, que revela que incluso los primeros pterosaurios ya tenían un pobre sentido del olfato y una visión bien desarrollada, como las especies posteriores.

Los paleontólogos descubrieron el fósil en el Saints and Sinners Quarry, un yacimiento con más de 18.000 fósiles y del que se extraen grandes bloques de arenisca sin saber qué contienen, hasta que se preparan en el laboratorio, y en los que encontraron también esqueletos de cocodrilos tempranos.

Britt ha recordado que cuando contactaron con Dalla Vecchia y le explicaron este hallazgo, no se lo creía, hasta que lo vio: «Cuando vi el maxilo-jugal y la falange del ala del de Utah, no tuve dudas: es el primer pterosaurio triásico inequívoco de Estados Unidos», ha recordado el investigador del ICP.

Texto: EP

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