Pedazos de canutos que se estaban fumando unos espectadores durante el partido Onda-Castellón de la Liga Nacional de juveniles el pasado fin de semana. Tan grandes que el árbitro paró el partido durante unos minutos para pedir que se apagaran.
El colegiado Torrejón Royo detuvo el partido y se dirigió al delegado para que pusiese fin a la situación. Según parece, los aficionados estaban en la tribuna, pero el olor a canuto llegaba hasta el mismísimo centro del campo.
Y, claro, si el árbitro lo olía, no queremos ni imaginar cómo se estaba poniendo el linier de esa banda tan aromática.
Solo se llevaban doce minutos de juego y el partido se reanudó en breve tras apagar los aficionados sus cigarritos de la risa, ya que podrían perjudicar a los deportistas.
