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Dominica quiere convertirse en la isla más resistente a los desastres naturales del planeta

Alejandro Ramírez | El huracán María de 2017 dejó estragos en la isla caribeña de Dominica cobrándose vidas además de pérdidas y daños. De acuerdo con la BBC, le costó al país más de 3.500 millones de dólares del Caribe Oriental. El huracán fue clasificado como una supertormenta de nivel cinco. Dominica es uno de […]

Alejandro Ramírez | El huracán María de 2017 dejó estragos en la isla caribeña de Dominica cobrándose vidas además de pérdidas y daños. De acuerdo con la BBC, le costó al país más de 3.500 millones de dólares del Caribe Oriental. El huracán fue clasificado como una supertormenta de nivel cinco.

Dominica es uno de los países más vulnerables a los desastres naturales de la Tierra, por lo que debían elegir entre aumentar la resiliencia o arriesgarse a quedar atrapados en un ciclo insostenible de destrucción y reconstrucción por los peligros naturales que eventualmente aparecen.

Después de que ocurrieran dos de los desastres naturales más costosos del país en solo dos años de diferencia, 2015 y 2017, el primer ministro de Dominica declaró que el país se encontraba «en primera línea de guerra contra el cambio climático» y anunció planes para hacer de Dominica “la primera nación del mundo resiliente al clima”. Construir resiliencia en cada faceta de la sociedad es esencial para garantizar que la isla siga siendo habitable, dijo.

Entre las medidas clave para incorporar la resiliencia se encuentra el sistema de alerta temprana de Dominica, un medio para advertir a los residentes con anticipación de los eventos climáticos peligrosos, para que puedan realizar ciertos preparativos como mudarse a un terreno más alto, algo que puede salvar vidas.

«Las advertencias son importantes para todos. Salvan vidas. Apoyan los medios de subsistencia. Permiten que los lugares sean habitables», dice Ilan Kelman según reporta la BBC, subdirector del Centro de Investigación de Advertencias del University College London (UCL), el primer centro de investigación del mundo dedicado a la ciencia de advertencias.

El valor de las advertencias

Los pequeños estados insulares en desarrollo como Dominica se ven afectados de manera desproporcionada por el cambio climático, lo que significa que pueden perder incluso más que otros países si la comunidad mundial y los grandes emisores de gases de efecto invernadero no cumplen los compromisos de reducción de emisiones.

El IPCC pintó una imagen preocupante de cómo las islas pequeñas ya están sintiendo los impactos del cambio climático. En Dominica, el aumento del nivel del mar que incrementa el riesgo de tormentas y de huracanes con más fuerza son las principales preocupaciones del cambio climático.

Un estudio de 2019 concluyó que una tormenta de la magnitud de María tiene casi cinco veces más probabilidades de formarse ahora que durante la década de 1950.

En la conferencia climática Cop27 en Sharm el-Sheikh, Egipto, el año pasado, el secretario general de la ONU, António Guterres, dio a conocer un plan para garantizar que todas las personas del planeta estén protegidas por sistemas de alerta temprana dentro de los próximos cinco años, y señaló que los países con una cobertura de alerta temprana limitada tienen una mortalidad por desastres naturales ocho veces mayor que los países con una alta cobertura.

El caso de Dominica es especialmente complicado debido a su topografía montañosa y, por lo tanto, a la complejidad de generar pronósticos meteorológicos extremos precisos, particularmente para inundaciones, dice Emily Wilkinson, investigadora principal del Overseas Development Institute, «Muchas comunidades quedan completamente aisladas por los ciclones tropicales, a veces durante semanas».

Hoy, el sistema parte de la información oficial urgente a nivel nacional que se va filtrando en varias etapas hasta llegar a la comunidad. En el territorio de Kalinago, el consejo, la autoridad de gobierno local dirigida por el jefe de Kalinago, está en el corazón del sistema.

“Recibe información de la Oficina Nacional de Desastres”. «Luego, el sistema de alerta de emergencia se pone en marcha, y cada jefe de aldea recibe instrucciones, y llevan la información a toda la comunidad. Cada aldea tiene cinco o seis personas capacitadas en respuesta de emergencia comunitaria».

La red que transmite información sobre tormentas utiliza una combinación de métodos modernos y tradicionales. En el lado moderno, los funcionarios de desastres del país utilizan un grupo de chat de respuesta a emergencias para alertar al consejo, que se mueve para comunicárselo a la comunidad, reporta una fuente a la BBC. «Salimos con un sistema público (de megafonía), recorremos el territorio y lanzamos mensajes». Las alertas también se envían a través de boletines de radio y teléfonos inteligentes.

Y luego están las caracolas. Los Kalinago han utilizado durante cientos de años el soplido de caracolas para comunicarse. A nivel nacional, el sonido único y breve de la caracola resonando en un vecindario indica que hay pescado fresco a la venta. Cuando hay advertencias de peligro, el sonido de las caracolas es mucho más largo.

Un sistema integrado

Se han realizado mejoras en la detección, el seguimiento y la previsión de condiciones meteorológicas adversas. Después del huracán María, se estableció la Agencia de Ejecución de Resiliencia Climática de Dominica (CREAD) con un enfoque profundo en la planificación de desastres y los sistemas de alerta temprana.

Con el 90% de su población viviendo en comunidades costeras, Dominica también ha erigido varios muros marinos y fluviales para proteger a las comunidades de las inundaciones, y tiene como objetivo hacer que sus instalaciones de atención médica sean más resistentes a los fenómenos meteorológicos extremos.

Se están construyendo otras infraestructuras para resistir mejor a los peligros naturales, como nuevas carreteras y puentes. Y luego están los edificios. Dos años antes del huracán María, la tormenta tropical Erika se cobró 20 vidas en el pueblo más afectado, la comunidad del sureste de Petite Savanne. Los residentes fueron evacuados y el pueblo fue declarado inhabitable. Más de 800 familias se despidieron del pueblo al que llamaban hogar.

«Fue duro», declara a la BBC Sarwan Gregoire, de 20 años, maestro de escuela primaria, quien, entonces con 13 años, estaba entre ellos. «La comunidad fue aniquilada. En los días posteriores a la tormenta, fuimos evacuados en bote. Me fui solo con mi mochila».

Mientras tanto, las revisiones al código de construcción de Dominica del año pasado determinaron que sólo se aprobará la construcción de viviendas y edificios que puedan resistir a los desastres naturales, según Vince Henderson, exministro de planificación de Dominica.

 El camino por delante

Dominica está decidida a dar el ejemplo de un pequeño estado insular que enfrenta con éxito el cambio climático. La protección de los ecosistemas, la construcción de defensas contra el mar y la creación de resiliencia en la infraestructura son parte de una misión para proteger vidas y medios de subsistencia.

Es una misión urgente, Mia Mottley, primera ministra de la isla hermana de Dominica, Barbados, advirtió que la migración a gran escala desde los pequeños estados del Caribe será una realidad en las próximas décadas.

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