El cementerio de los ingleses

Adiós, 2024

No sé qué traerá el 2025, pero el listón está bajo y no será difícil que sea mejor año. Al 2024, lo que dije antes: puente de plata...

Publicado: 29/12/2024 ·
10:57
· Actualizado: 29/12/2024 · 10:57
Autor

John Sullivan

John Sullivan es escritor, nacido en San Fernando. Debuta en 2021 con su primer libro, ‘Nombres de Mujer’

El cementerio de los ingleses

El autor mira a la realidad de frente para comprenderla y proponer un debate moderado

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El 2024 ya da las últimas boqueás y, la verdad, me alegro. En lo personal ha sido un año nefasto, con pérdidas personales muy dolorosas (sin ir más lejos, mi padre el pasado verano). Otras, aún predecibles por el paso del tiempo, fueron dolorosas. Y otras dejaron una herida de traición que en el dolor lleva su cura: si alguien pudo abusar de la confianza hasta destrozarla, es que nunca debió estar ahí: puente de plata y descanse en paz. Ha habido momentos positivos, siempre los hay, en forma de encuentros y reencuentros. Al final, hay que quedarsecon eso.

A nivel social, ha sido un año preocupante. La deriva hacia el fanatismo ultraconservador que experimenta la sociedad se ha manifestado en los manidos discursos de odio. El machismo está regresando con fuerza, si es que alguna vez se fue; el racismo se manifiesta hasta el punto de vomitar xenofobia hasta con personas racializadas españolas, como vimos con Nico Williams y Lamine Yamal en la pasada Eurocopa; la LGTBIfobia vivió su momento álgido e irónico en las pasadas Olimpiadas con los discursos de odio hacia Imane Khelif, siendo irónico por ser una muestra de transfobia hacia una mujer que ni siquiera es transexual; y así podríamos seguir hasta que nos den las uvas... del año que viene.

En lo deportivo, ha sido el año de la retirada de Rafael Nadal, de la cuarta Eurocopa para España y su segundo oro olímpico, el Madrid campeón de Europa y un resurgir del Barça en el inicio de esta Liga. Aunque, como aficionado del San Fernando que soy, mi atención se vaya más hacia el descenso de mi equipo, la pésima gestión realizada hasta el momento y una temporada que no termina de arrancar. El club azulino ha repetido el error de siempre (sale a equipo nuevo y dos o tres entrenadores por año) por más que se haya demostrado que no funciona. A la parroquia cañaílla sólo nos queda rezar a San Dani Mori, el mejor fichaje hasta el momento aunque no sea quien tiene que correr sobre el verde y marcar los goles. En fin...

En lo político, más de lo mismo. Koldo, Ábalos y Aldama son el mayor quebradero de cabeza de Pedro Sánchez incluso por encima de Isabel Díaz Ayuso, extrañamente indemne pese a sus siete mil víctimas en las residencias y sus continuos desvaríos; el discurso patriotero y barato parece funcionar aunque implique un mayor dominio del capital sobre una población que ya no sabe a dónde mirar. Cómo será la cosa que, a un tipo condenado por difundir informaciones falsas y al que han pillado trincando de un empresario en plena campaña para las europeas, le han votado 800.000 personas. Y aún después de la pillada corrupta, Alvise Pérez sigue teniendo fervientes seguidores.

Por si no bastara con ello, ha sido el año en que la negligencia ha tomado el papel protagonista. La DANA de Valencia ha sido la muestra de cómo un presidente autonómico puede desentenderse de una emergencia que ha costado más de doscientas vidas, de cómo habrá miserables, como Ángel Gaitán, Vito Quiles y un largo etcétera dispuestos a monetizar la desgracia y extender desinformaciones (ay, ese párking del Bonaire) y de que cualquier cosa sirve para hacer campaña política desde canales de Youtube, medios de comunicación y un buscador de OVNIS que llama “periodismo ciudadano libre” a los desinformadores de toda la vida. Y le creen.

No sé qué traerá el 2025, pero el listón está bajo y no será difícil que sea mejor año. Al 2024, lo que dije antes: puente de plata...

 

 

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