Lo esperado

Publicado: 28/09/2023
Autor

Miguel Andréu

Miguel Andréu es comunicador y escritor. Actualmente, director de Andréu Comunicación

El Jueves

Este blog aborda temas generales de actualidad, preferentemente de interés local en Sevilla

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Escribo estas líneas tras la primera votación en el Congreso de los Diputados, en la que Alberto Núñez Feijóo ha resultado perdedor tal como se preveía...
Escribo estas líneas tras la primera votación en el Congreso de los Diputados, en la que Alberto Núñez Feijóo ha resultado perdedor tal como se preveía. Nada nuevo, después de las negociaciones que llevó a cabo con el resto de las fuerzas políticas del espectro parlamentario y la más que consabida amnistía (y más cosas) que nos va a colar ese señor que está en funciones, y de cuyo nombre no quiero acordarme. Sería un tanto sorprendente que mañana viernes el líder del Partido Popular se alzara con la mayoría simple. Sólo cabría que recapacitaran los diputados del PNV, aunque esto se aleja muy mucho de la realidad, después de las intervenciones escuchadas.

Estos dos días de discursos, que he seguido con interés, me dejan varias conclusiones, buenas y claras.

La primera de ellas es que Núñez Feijóo es un hombre de estado. Un político que ha presentado un discurso de investidura bien armado, sobre todo en el tema económico y en la igualdad de todos los españoles. Y que no ha perdido en ningún momento la compostura (muy gallego es eso), ante las tremendas afirmaciones que ha tenido que escuchar. Temple en sus respuestas, pero contundencia. Podemos afirmar, casi sin equivocarnos, que habrá un líder de la oposición como hace muchos años no teníamos.

Otra de las conclusiones a la que llego es el asombro de hasta dónde ha podido llegar el PSOE: las intervenciones de Oscar Puente -que arrastra un interesante pasado tanto en la administración pública como en su propio partido- me conducen a tildarlo como payaso o trilero, maleducado y soez en algunos casos. Llegó para hacer las gracietas del divertimento no sólo de la bancada socialista, sino de todos los que, avergonzados, le escuchamos. Que nivelito el del muchacho. No quiero ni pensar la reacción ante las palabras de este individuo de grandes oradores que han pasado por la Cámara Baja, aquellos que sí utilizaban el lenguaje en toda la dimensión del mismo y que, también a veces, nos hacían reír, pero por su ingenio y no por su falta de decoro. El ejemplo más claro es Alfonso Guerra.

Y otra conclusión a la que personalmente llego, ahora sin duda alguna, es que en el Cara a Cara de la campaña electoral y en contra de las “opiniones sincronizadas” de afines socialistas, el ganador fue Feijóo. La prueba es irrefutable: Sánchez no quiere un enfrentamiento verbal con él, porque sabe que no lo va a doblegar. Ni tampoco Yolanda Díaz que, siguiendo los pasos de su amigo el presidente (en funciones), mandó por delante a otros oradores, negando además unos minutos de palabra a sus socias de Podemos. Anda que estarán buenas… Planchando me gustaría oírlas.

Es lo que tenemos y es lo que nos queda, junto con la risa como escudo de defensa ante lo que se aproxima. Tendremos que esperar muchos días de nuevo (aquí sí que es necesaria una revisión a la Carta Magna en orden a los plazos) para que otra vez se levante el telón... o la carpa. Porque esto cada vez se parece más a un circo. Un auténtico circo.

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