El Jueves

Los primeros gestos

La imagen del Papa Francisco en el balcón de la Basílica de San Pedro pidiendo recogimiento y oración a los miles de fieles que se congregaban junto a la columnata de Bernini, son los gestos que más destaco de la tarde del miércoles.

La imagen del Papa Francisco en el balcón de la Basílica de San Pedro pidiendo recogimiento y oración a los miles de fieles que se congregaban junto a la columnata de Bernini, son los gestos que más destaco de la tarde del miércoles, cuando todo el orbe católico esperaba expectante ante la pantalla de televisión o in situ las primeras reacciones del Obispo de Roma. Son los dos gestos en los que me baso para estas líneas.
A pesar de que Juan Pablo II dijo en su momento que “a las hermandades y cofradías había que prestarles atención”, entendamos por lógica que sólo somos una gota de agua en el inmenso océano de la Iglesia. Las hermandades y cofradías conformamos un importante peso específico dentro de nuestra particular diócesis, aunque -no nos engañemos- comparadas con el resto del orbe católico, no dejamos de ser un grupo minoritario dentro de la Iglesia Universal.
Recogimiento y oración en el Año de la Fe. El Papa Francisco, más pronto que tarde y sobre todo por las fechas en las que estamos, con la inminente celebración de la Semana Santa (Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo) y su participación como cabeza de la Iglesia en todo lo relacionado con la misma, comenzará a enviarnos mensajes a los que formamos parte de la Iglesia. Mensajes que podrán ser directos a través de encíclicas y homilías o indirectos a través de gestos, actitudes y compromisos. Algo así es lo que quiero ver en su salida al balcón de la Basílica de San Pedro. Y de esos gestos, que hubo varios, me quedo con esos dos: recogimiento y oración.
Recogimiento para escuchar a Aquel que nos habla en cada momento de nuestra vida; para escuchar mejor a los que tenemos a nuestro lado; para escuchar a aquellos que no caminan en nuestra misma dirección.
Y oración, de la que tan necesitada está toda la sociedad. Oración en el Año de la Fe cuando parece que en ocasiones se nos ha olvidado rezar (entiéndase rezar no como musitar una serie de frases bien aprendidas hace años, sino hablar directamente con el Dios Padre); oración por aquellos que sufren en estos tiempos difíciles que vivimos; oración por los que incluso se consideran (ellos) nuestros enemigos, estando en ocasiones montados en el mismo barco.
Gestos del Santo Padre en sus primeros momentos de papado -seguro que habrá más- que espero y deseo no se nos olviden nunca a este colectivo de cristianos que nos apellidamos cofrades y que presumimos de vivir en la tierra de María Santísima.
Por esto y por todo lo que ha de venir, gracias Santidad.

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