El Jueves

Se acaba

Aquí seguiremos unos pocos locos contando cosas a nuestra forma, denunciando conductas y alabando iniciativas, mientras que usted -pacientemente- nos lee a su antojo para darnos la razón o irritarse con nuestras opiniones.

Se va acabando. El 2013 está dando sus últimas boqueadas, descontando ya las horas y minutos del calendario de los tiempos, mientras que divisa, no tan lejos, a un 2014 que viene con traje de estreno, galas y reposteros que aquí somos mucho de eso, con la sana intención de instalarse entre nosotros durante los próximos doce meses.

Aquí seguiremos unos pocos locos contando cosas a nuestra forma, denunciando conductas y alabando iniciativas, mientras que usted -pacientemente- nos lee a su antojo para darnos la razón o irritarse con nuestras opiniones. Lo importante, no se engañe, es que usted siga ahí.

Ahora vendrán los resúmenes de lo que hicimos, de los que se fueron, de las noticias más curiosas… De todo si se tira de la hemeroteca y se tiene un poco de paciencia. Lectura para estos días en los que parece que la actividad se viene a menos.

Habría que hacer también un resumen del año de lo que deberíamos haber hecho y no hicimos. ¿Se imaginan sacar consecuncias y realizar sesudos análisis de lo que pudo haber sido y no fue? Por quedarnos en algo reciente: ¿qué hubiera pasado si la subasta del precio de la luz se hubiera hecho de otra forma y no nos hubiéramos llevado el disgusto? Pues como eso más cosas.

Parénse a pensarlo cuando lean esos resúmenes de noticias que se ofrecen en los periódicos y televisiones. Párense, insisto, y piensen si las decisiones de quienes tienen que tomarlas hubieran sido distintas. Encaminadas al bien común y no al antojo de la ideología política de nadie. Porque, al fin y al cabo, la mayor parte de las cosas que nos pasan en la vida vienen regidas por las decisiones de nuestros políticos.

No crean que escribo esta columna desde la resaca. Lo hago desde la tranquilidad de las primeras horas del día de Navidad, en el silencio de mi hogar. Cuando pienso -y así lo dejo escrito- que hace 2013 años nació en Belén alguien distinto que me sigue acompañando hoy: el mayor de los líderes que la historia de la Humanidad ha conocido.

Mi deseo para el nuevo año, ese que ya toca el aldabón de nuestras puertas, es que venga cargado de decisiones justas y acertadas para todos de parte de aquellos que las tienen que tomar. Pero estoy convencido que ninguno de ellos lee esta columna, como tampoco que tengan interés en anteponer el bien común al bien propio.

Vamos a dejarlo ahí. Quédense, de momento, con mis mejores deseos para todos y las gracias por haberme aguantado cada jueves.

Mis mejores deseos para todos. ¿Para todos? Sí, para todos.

FELIZ 2014

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