Qué de cosas se dicen

Publicado: 23/09/2015
No sé si habrá sido por haber visto algo más de televisión en estos días -y no precisamente por tener más tiempo libre, que no lo tengo- o porque me he visto saturado por las noticias de los refugiados o de la campaña electoral catalana...
No sé si habrá sido por haber visto algo más de televisión en estos días -y no precisamente por tener más tiempo libre, que no lo tengo- o porque me he visto saturado por las noticias de los refugiados o de la campaña electoral catalana. Lo cierto es que ahora, que me enfrento como cada semana a la frialdad del papel limpio, se me vienen a la cabeza algunas cosas que de algún modo siendo actualidad, rabiosa incluso, no dejan de tener su punto mordaz.

De un lado el triunfo de la selección española de baloncesto supuso un alegrón para muchos, necesitados de buenas noticias como estamos. Pero, claro está, no pude evitar dar un salto en el sillón de casa cuando presencié -en riguroso directo- a la joven reportera de Tele 5 tuteando al mismísimo Rey de España. A poco de esto, las redes sociales se llenaron de críticas a la periodista, a la que ni defiendo ni justifico. Aunque también es cierto que quizás su inexperiencia o los nervios propios del momento le hicieron cometer tan garrafal error. Insisto, no la defiendo, pero sí desvío parte de la culpa a aquellos que la pusieron allí, enfrentada a ese momento que al más veterano también puede poner nervioso. La chiquilla fue rectificando sobre la marcha, imagino que cuando le advirtieron del error por el pinganillo, mientras que Su Majestad Felipe VI ni se inmutó. Si señor, Señor, valga la redundancia.

Por otro lado, los mensajes de determinados líderes políticos en la campaña catalana hablando al más puro estilo sioux, tanto en mítines como en las redes sociales. La verdad es que son como niños: se lo pasan en grande. Imagino que por rebajar un poco el calentón del debate catalán, ahora que se meten en el juego más empresarios de los que había. El gran jefe de Pronovias, de hecho, lo ha dicho clarito: que me voy de Cataluña. Y ante eso, ahí está “coleta morada” hablando de “pequeño pujol” y de “gran jefe plasma”. Y Más (se supone que “pequeño pujol”) hablando de los grandes jefes PP, PSOE y Podemos. Para rematar la faena, “pájaro naranja” también se mete en el juego.

Y de fin de fiesta semanal aparece la palabra corralito, en boca del Gobernador del Banco de España. Que no digo yo que sea mentira ni exagerado el planteamiento, pero que me parece que se trata no ya de convencer a los que tienen que votar el domingo, sino de asustar. Y esas reglas no son buenas para el juego de la democracia.

Que hablen, que digan. Y que riamos todos. Aunque el que ríe el último es siempre el que ríe mejor. Catalanes: que ustedes lo voten (o boten) bien.

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