El Jueves

Cuando escribo estas líneas, el barrio parisino de Saint-Denis está literalmente tomado por las fuerzas de seguridad francesas...

Cuando escribo estas líneas, el barrio parisino de Saint-Denis está literalmente tomado por las fuerzas de seguridad francesas. Hay policía, cuerpos especiales, ejercito y un enorme número de vehículos policiales, también ambulancias y bomberos. Una fuerte operación se viene desarrollando desde la pasada madrugada, como ustedes ya saben. Se distingue armamento de guerra en muchos militares, así como uniformes de camuflaje que contrastan con policías vestidos de paisano con pasamontañas y pertrechados con chalecos antibalas. Filas de policías que van de un lado a otro, mientras que el periodista que cubre la información a sólo unos metros indica que son la élite de la seguridad francesa.

Sí es la respuesta a la pregunta que me hago, que no es otra que cuestionarme si estamos en guerra. Sí, estamos en guerra. El mundo occidental está en guerra. En guerra contra el terror. El terror que se está viviendo en puntos calientes de la madre Europa: Francia, Alemania, Bélgica… y ojalá se detenga ahí la relación de los lugares.

Sí, estamos en guerra. Una guerra que se desarrolla contra los que quieren imponernos su doctrina por la fuerza. Una guerra que nadie ha querido y que ahora, creo que tarde, va a traer unas consecuencias inesperadas y que no son del agrado de nadie. Una guerra nueva, nada parecido a lo que hemos leído en los libros de historia sobre los grandes conflictos que han llenado las páginas de la humanidad de sangre.
Mientras, aquí en España, muy cerca de todo lo que está pasando, sintiéndonos objetivos de los de la bandera negra, hay aún quienes nos dicen que esto no se resuelve así. ¿Cómo, entonces, se responde a la masacre que el pasado viernes azotó terrazas, calles y la discoteca Bataclán de París? ¿Sentándonos en una mesa con aquellos que llenan su cuerpo de explosivos para inmolarse? ¿Dialogando con los que decapitan a aquellos que no son de su cuerda? ¿Intentando comprender a los causantes del mayor éxodo de este siglo?

No, Pablo, esto no es así. Ante la violencia, contundencia. Así lo pienso y así lo digo. Aquí no caben medias tintas, ni posturas extrañas o de perfil. Aquí no vale la desigualdad de fuerzas. Somos más y no tenemos miedo, no se te olvide. Si tu financiación viene de lugares donde se siembra y cultiva el terror, tu pasas a ser parte de él. Y puede que seas tan culpable como los que empuñan sus armas al grito de “Alá es grande”, ese grito que resonó mientras que Eagles of Death Metal tocaba en Bataclán para divertir a cientos de personas.

No, Pablo, esto no es así como tú dices. Por tu propio bien y por el de nuestro país, háztelo mirar.

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