Resulta que el torero Fran Rivera ha publicado una fotografía en una red social toreando una vaquilla con su hija en brazos, algo que ustedes, a no ser que vivan recluidos en una cueva en el punto más inhóspito del mundo, ya se habrán enterado. Y resulta también que el estercolero en el que se convierte en algunas ocasiones los timelines de Twitter y otras redes sociales, han cargado con él, aunque en esta ocasión no se ha reducido todo a esa pléyade de desocupados que se pasan las horas del día enganchados a la pantalla. No, esta vez todo ha ido más lejos.
De un lado, la Fiscalía y el Observatorio de la Infancia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad dicen que van a investigar al torero por este gesto. Incluso el ministro en funciones Alfonso Alonso se expresó ayer con claridad, diciendo que “no es adecuado poner en riesgo a los menores; no es adecuado en ninguna circunstancia”.
Por su parte, quizás desocupado de otros menesteres, el Defensor del Menor Andaluz dio traslado a la Fiscalía de Menores de las actuaciones por la polémica foto. Su peregrino argumento es que “por mucho que la imagen se desarrollara en un entorno controlado por el padre, no deja de ser una situación de riesgo innecesaria para una menor y una decisión que rechaza totalmente”.
De otro, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez, dijo en Canal Sur Radio que “es una imagen que no es nada edificante”. Y la buena señora sentencia: “A un bombero no se le ocurre llevar a su hijo en el camión cuando va a apagar un fuego”. Demagogia en estado puro, que se llama.
El fiscal del Tribunal Supremo Félix Pantoja, uno de los padres de la Ley del Menor, considera que estamos ante “una conducta reprobable e inadecuada por el riesgo que corre la niña”. Y por último, para no aburrirles, el señor Jesús Salido, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), manifiesta que “los padres somos responsables de garantizar la seguridad de los hijos y su obligación tenía que haber sido protegerle en todos los sentidos”.
Ante todo esta batería de despropósitos, yo me pregunto: ¿qué han dicho sobre la niña de 17 meses que fue arrojada por la ventana en Gasteiz? ¿Se van a pronunciar, pero de forma seria y con toda la dureza posible, sobre si debe recaerle al presunto asesino la prisión permanente revisable? ¿Es más mediático hablar del torero que de un desconocido profesor de música?
Y por cierto, ¿han visto en alguna ocasión los bonitos castellets catalanes?
