Mayo marcea

Publicado: 11/05/2016
Las aguas que nos caen en estos días nos crean incomodidad a aquellos que no dependemos relativamente de ellas...
Las aguas que nos caen en estos días nos crean incomodidad a aquellos que no dependemos relativamente de ellas. Quizás sea a los romeros que están en el camino hacia la Aldea del Rocío a los que más molestias les causen. Y sería necesario que conociera la opinión de los agricultores, sufrido oficio al que el agua ora viene bien, ora viene mal. Lo que es cierto es que tras haber pasado unos días que más de primavera se convertían en auténticos días de verano, esta borrasca está causando estragos en numerosos puntos de nuestra ciudad, provincia e incluso comunidad autónoma.

“Mayo marcea”, dice la segunda parte de un sabio refrán castellano. Mayo se asemeja a marzo, en ocasiones coincidiendo también cuando marzo mayea. En esta ocasión, en estos días que estamos viviendo, las similitudes son más que notables y no sólo en el tiempo atmosférico.

Estamos en mayo igual que en marzo: sin gobierno. Comenzando un nuevo -y repetido- periodo de precampaña electoral, esa que sufrimos cuando finalizaba el pasado año. Ahora nos toca de nuevo escuchar promesas, futuros pactos y ese cúmulo de despropósitos que nos cuentan desde los atriles. Hasta el 26 de junio nos queda lo de siempre. Y yo, al igual seguramente que usted, nos preguntamos si es necesaria de nuevo una campaña electoral, una pre-campaña, un gasto desmesurado en publicidad y todas esas cosas que llevan aparejadas unas elecciones. Y sobre todo unos periodos de tiempo tan prolongados para volver a echar la papeleta en la urna. Si ya vamos conociendo a los que se postulan como candidatos, ¿a qué esperar más tiempo?

También hay otras cuestiones que me pregunto: ¿devolverán los señores y señoras diputados todo aquello que le entregan cuando toman posesión de su escaño? Me refiero a tablet, ordenador, teléfono móvil, tarjeta de taxis, etc… ¿Por qué siguen cobrando si las Cortes se han disuelto? ¿No sería mejor que pasaran a engrosar las listas del paro aquellos que no tengan donde ir a trabajar, con el salario que a cada uno le corresponda? Pero dejo de hacerme estas preguntas porque me malicio: nadie capacitado para ello querrá contestarlas. Y créanme que no se trata de demagogia. Se trata de hartazgo.

Pongan una sonrisa al día con lo último que les cuento. Mejor reír que llorar. Y es que resulta cuanto menos curioso que el 26 de junio, día en el que las urnas nos llaman de nuevo, es la fecha en la que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó como Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura.
¿Casualidad?

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