No se puede decir que la semana que ha transcurrido desde el pasado jueves hasta hoy haya estado carente de noticias que nos sobresaltasen. El atentado de Niza, de un modo tan poco habitual como el utilizado por el terrorista, montado en un camión y atropellando a transeúntes a diestro y siniestro, ha conmovido de nuevo a Francia y por supuesto a toda la vieja Europa. Más de 80 víctimas y un alarmante número de heridos, en una jornada que se presumía festiva para el país vecino.
Por si esto no era bastante, el fallido golpe de estado en Turquía nos sobrecogió a todos durante el fin de semana, si bien los coletazos del mismo aún continúan con lo que podemos denominar el verdadero “golpe de estado” que está llevando a cabo el presidente Erdogan, a base de destituciones, detenciones y la amenaza de implantar la pena de muerte en el país. Junto a todo esto, lo que se convierte ya en habitual: disturbios y tiroteos en Estado Unidos. Y por si fuera poco, el activista islámico que se cuela en un tren alemán hiriendo a varios pasajeros, aunque de este último albergo serias dudas de que responda a una acción del Daesh por mucho que lo reivindiquen.
Me da miedo que nos habituemos a este tipo de noticias. Hablamos ya de muertos y heridos como del anticiclón de las Azores o de las lesiones de Cristiano Ronaldo. La muerte y la sangre salpicada en las noticias comienza a ser moneda de cambio, algo habitual que se cuela en nuestras vidas diarias.
Sin embargo, esto no nos debe distraer de lo que tenemos más cerca, que no es otra cosa que seguir sin un gobierno estable en este país. Ninguno queremos pensar que tengamos que ir de a nuevo a las urnas por la irresponsabilidad de unos pocos.
Es necesario y prioritario llagar a un acuerdo entre las fuerzas que componen el parlamento. Con aquellos que quieran jugar al juego más limpio, que no es otro que darle estabilidad a España. Con los que se sientan verdaderamente representantes de los ciudadanos que les han votado. Con los que tengan altura de miras y verdadera conciencia de Estado. Aquellos que bloqueen la situación política en este país serán los únicos responsables absolutos de la inestabilidad y de la probable vuelta a las urnas, el descrédito y la desconfianza de los mercados. Esto ya ha dejado de ser un juego. Esto es más serio de lo que parece.
Señorías: gobiernen o dejen gobernar. Hablen de lo que tengan que hablar pero constituyan ya un gobierno que dirija los destinos de este país. Es necesario para todos.
