El Puerto

De ciudad a parque temático

Artículo de opinión de Carolina Rodríguez, de Izquierda Unida El Puerto

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  • CAROLINA RODRÍGUEZ, DE IU EL PUERTO. -

La proliferación de pisos turísticos en nuestra ciudad se ha convertido en un problema real. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de febrero de 2024 revelan que El Puerto cuenta con 1.025 pisos turísticos legalmente registrados. Sin embargo, esta cifra es solo la punta del iceberg. La realidad es que el número de pisos turísticos ilegales crece día a día, teniendo como consecuencia una serie de problemas sociales y económicos que afectan directamente a nuestros vecinos y vecinas.
La primera consecuencia de esta proliferación descontrolada se ve reflejada en que los alquileres de larga duración están siendo convertidos en alquileres vacacionales, y en que los precios del alquiler han superado los 700€ de media. Esta situación hace imposible que muchas personas, especialmente los y las jóvenes, accedan a una vivienda y puedan desarrollar sus proyectos de vida en nuestra ciudad. El resultado de todo esto es una expulsión constante hacia otras ciudades, desarraigando a nuestras vecinas y vecinos debilitando el tejido social de El Puerto, además de una disminución drástica de nuestra población local.
Pero el impacto negativo de los pisos turísticos no se detiene ahí. La presencia de viviendas que permanecen cerradas durante gran parte del año esperando que llegue el verano está vaciando nuestro centro histórico y nuestros barrios, afectando gravemente a nuestros negocios locales que dependen de una clientela estable, ya que la falta de vecinas y vecinos de to’ la vida debilita y precariza nuestros barrios.
Además, la proliferación de estos pisos turísticos no hace otra cosa que devaluar la calidad de vida, servicios y cultura de nuestra ciudad. Vender El Puerto como destino de borrachera, ciudad sin ley y playa, hace que la cantidad ingente de personas que visitan nuestra ciudad durante los meses de verano no admiren su patrimonio y repercutan positivamente en la economía local, al revés. 
Pero quizá lo más alarmante es la amenaza al derecho de acceder a una vivienda digna. La vivienda no es un lujo, es una necesidad básica y un derecho fundamental. Sin embargo, la turistificación está convirtiendo este derecho en una quimera. Este modelo de especulación nos arrebata nuestra identidad como ciudad y nuestros derechos básicos, convirtiendo El Puerto en un parque temático para el beneficio y disfrute de unos pocos.
Es urgente y necesario que las administraciones públicas tomen medidas para regular y controlar los pisos turísticos. Hay que implementar políticas que protejan nuestra ciudad para que ésta sea un lugar inclusivo, sostenible y habitable para todas y todos. 
 

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