El Puerto

EA otorga banderas negras a Fuentebravía, El Ancla y La Inmaculada

Los puntos negros se los otorgan a La Muralla, La Calita, El Aculadero y playa del Almirante

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Desde la creación de Ecologistas en Acción esta organización viene otorgando una especial atención a la conservación del litoral y de sus ecosistemas. Por ello en 1999 se inició la elaboración anual del informe banderas negras, que de forma periódica analiza la situación de los diferentes tramos del litoral detectando las diferentes actuaciones humanas que están provocando su deterioro o destrucción.

Por décima cuarta vez consecutiva presenta esta campaña, que viene a denunciar públicamente a aquellas playas o tramos de litoral que sufren vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas o cualquiera otra actuación que ocasione una pérdida ambiental del litoral y que en esta edición concede un total de 62 banderas negras y 81 puntos negros.

Con este distintivo, Ecologistas en Acción quiere hacer ver la otra realidad del litoral andaluz y criticar el modelo de desarrollismo y la pérdida de biodiversidad de nuestras costas.
Tras este examen podemos decir que en mucho de los casos no se han subsanado los problemas que presentaba el litoral andaluz en ediciones anteriores.

El litoral sufre agresiones desde distintos flancos. Por un lado "tenemos el urbanismo, entendido desde los gobernantes como una moneda de cambio, que se ha ido comiendo poco a poco nuestros recursos naturales y paisajes costeros. La desplanificación urbanística nos muestra zonas como la provincia de Málaga como claro ejemplo de irracionalidad y que cada vez más se reitera en otras provincias andaluzas".

La terrible presión urbanística "que a pesar de la crisis del ladrillo sigue amenazando a los municipios costeros bajo el amparo fraudulento de las áreas de oportunidad turística: la aprobación de los planes de ordenación del territorio supone otra vuelta de tuerca en aras de fomentar un modelo de crecimiento económico fracasado en base a desarrollos urbanísticos insostenibles, como la construcción de canteras marinas para la regeneración de las playas o ampliaciones gigantescas de puertos deportivos".

Entienden que "paradójico es que los municipios costeros se esfuerzan todos los años en conseguir galardones que los distingan del resto para hacerse más atractivos al turismo, como son las banderas azules y la Q de calidad. Estos galardones se obtienen mediante la presentación de la candidatura y acreditando el cumplimiento de una serie de requisitos, desde el punto de vista clásico del turismo de sol y playa. Hay que decir que los criterios en que se basan los dos galardones más conocidos, bandera azul y Q de calidad, tienen que ver principalmente con la calidad desde el punto de vista del sector turístico tradicional, y no atienden suficientemente al estado ecológico de la zona. Aunque se tiene en cuenta algunos aspectos relacionados con el medio ambiente, no son representativas del verdadero estado medioambiental de las playas".

Los vertidos de aguas residuales "son otro continuo en nuestras playas. La realidad es que el saneamiento integral sigue siendo la gran asignatura pendiente a pesar de los compromisos adquiridos con la Unión Europea. Otro problema es la depuración de las aguas, "que a pesar de ocultar la información, se sabe el nulo funcionamiento de depuradoras como la de Matalascañas o Isla Cristina Cádiz al igual que en las citadas provincias andaluzas tiene zonas que son un ejemplo claro del modelo insostenible de crecimiento urbanístico especulativo, con ocupación y destrucción de zonas de alto interés ecológico y paisajístico en primera línea del litoral por urbanizaciones de segunda residencia o proyectos urbanísticos como el de Valdevaqueros que es otro golpe brutal contra la sostenibilidad de nuestro litoral".

Otro gran problema de la bahía gaditana es el bunkering, gasolineras flotantes fondeadas en la Bahía. El trasiego de hidrocarburos se hace de un barco a otro para evitar el pago de impuestos, se estima que se traspasan 5 millones de toneladas de combustible al año.

En el caso de El Puerto destacan, entre las banderas negras:

-Playa de Fuentebravía. "Construcciones de edificios en el acantilado y rellenos en la playa y en el acantilado, realizados con un manifiesto incumplimiento de la Ley de Costas, provocando continuas pérdidas de arena. Regeneración periódica, inadecuada e inútil, utilizando incluso calcoarenitas de cantera, perdiéndose todos los años en los temporales de invierno la arena aportada cada principio de temporada veraniega. La erosión debida a la mala gestión de la playa supone también un peligro para la seguridad de los usuarios que desconocen el estado ruinoso con peligro de desprendimiento en que se encuentran algunos edificios a pie de playa afectados por los temporales. Proyecto de construcción de un nuevo espigón para evitar las pérdidas de arena, lo que provocaría el encajonamiento prácticamente total de la playa, sin resolver los problemas estructurales que hacen perder la arena".

-Playas de El Ancla y La Inmaculada. "Urbanización salvaje del litoral, arrasando amplios pinares y retamares, la Arboleda perdida, de Rafael Alberti. Ejemplo de las consecuencias ambientales, paisajísticas y territoriales de la burbuja inmobiliaria, con la promoción de un modelo insostenible de crecimiento urbanístico especulativo, con ocupación de zonas de alto interés ecológico, paisajístico e histórico en primera línea del litoral por urbanizaciones de segunda residencia. Destrucción de hábitats de especies protegidas (camaleón y sabina)".

En cuanto a los puntos negros, la formación ecologista destaca:

-Playa del Almirante. "Cerrada al público por las autoridades militares de la Base naval de Rota, sin ningún tipo de servicio".

-Playas de Las Murallas y La Calita. "Vertido de aguas residuales insuficientemente depuradas a través de un emisario submarino desde la Edar Las Galeras".

-Playa del Aculadero. "Regeneraciones periódicas e inútiles de la playa afectando a zonas de la plataforma de abrasión de alto valor ecológico y con un enorme despilfarro de fondos públicos. Se construyó un espigón para frenar la pérdida de la arena vertida artificialmente, que se ha demostrado también inoperante".

 

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