Un momento de absoluto recogimiento fue el que se ha vivido en la parroquia de Nuestra Señora de La Palma este lunes en el que familiares, amigos, vecinos, fieles y portuenses en general se congregaron para dar su último adiós al padre Julio Juez Ahedo, hijo adoptivo de la ciudad de El Puerto tras una larga enfermedad.
Como se dejó constancia en la propia celebración de misa y de despedida del burgalés, esta consecuencia llegaba después de más de siete años de larga enfermedad luchando contra el cáncer. Sin embargo, los últimos momentos que compartió con sus más allegados fueron de absoluta lucidez y así lo han transmitido los que allí se encontraban.
La cercanía y el cariño que sentía la comunidad de la parroquia así como cientos de portuenses hacia el sacerdote se hizo tangible en la iglesia de La Palma; no sólo por el hecho de que en la iglesia no cabía ni un alfiler, sino por los momentos que se compartieron y porque, a pesar de estar despidiendo a una de las personas más importantes de la comunidad cristiana de El Puerto, había cierto estado de alegría y paz en el ambiente. Todo esto, como no podía ser de otra manera, acompañado de diferentes cánticos que compartieron todos los allí presentes.
Una cuestión, además, que llamó la atención fue la gran presencia de jóvenes que también se dieron cita en la parroquia, lo que hacía demostrar el talante cercano del párroco y fundador de la iglesia de La Palma con los jóvenes portuenses.
También han estado presentes en este último adiós miembros de la corporación municipal como Alfonso Candón, Leocadia Benavente, Raúl Capdevila, Millán Alegre, Mariola Tocino, Mª Antonia Martínez, Silvia Gómez o Julio Acale, así como el ex primer edil de la ciudad, Enrique Moresco.
Cabe recordar que Julio Juez, a pesar de haber nacido en Burgos, dedicó en nuestra ciudad toda una vida de ayuda y entrega a los más necesitados y a todo aquel que se acercara a solicitarla. Igualmente, y desde noviembre de 1977, fue guía espiritual de muchísimos portuenses, primero en la iglesia Mayor Prioral, y, posteriormente, en el Templo que impulsó en La Palma, donde creó Iglesia en su más amplio sentido y a pleno rendimiento.
No obstante, su labor no cesó ahí, y es que hay que agradecerle además su misión en la Capilla de Santa Catalina en la Urbanización de Las Redes, que depende también de la Parroquia de la Palma. En la actualidad, continuaba trabajando en el proyecto para la construcción de una Capilla en Fuentebravía, donde celebraba misas en una caseta de obra, como la que usó hace años en el germen de la Parroquia de La Palma o la primitiva capilla de Santa Catalina.
El alcalde de El Puerto ha explicado que “no podemos en un día tan triste olvidar que la ciudad acaba de perder a un hijo adoptivo, pero sobre todo a un hombre bueno”. Candón ha destacado que “no podemos dejar de recordar la labor desarrollada por don Julio en favor de los más desfavorecidos, su trabajo en Cáritas, con los Focolares, con los Carismáticos, la pastoral de los enfermos, la impulsión de los Cursillos de Cristiandad, la Escuela de Padres, el Camino Neocatecumenal donde se implicó a fondo, la Escuela de Catequistas, las Hermandades y de forma singular con la Archicofradía y Esclavitud de la Patrona, de la que se sentía devoto”.