La tribuna de El Puerto

Mucho ruido y pocas nueces

La Zona Naranja sigue sin ofrecer noticias categóricas que avalen o rechacen su funcionamiento. Mostrar el Juzgado deja a las claras la situación

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El balance de la Zona Naranja aún sigue siendo objeto de deseo en su valoración oficial, toda vez de conocer cuál han sido los beneficios después de su derogación y cuales los gastos que se han producido. Una vez más se desconocen los datos reales que debieran justificar la tan anunciada transparencia.

A la espera de conocer los números que avalen la medida tomada, las dudas en la implantación, gestión y supresión inundan nuevamente a la Zona Naranja. Ni una sola prueba en su favor ha encontrado el respaldo mayoritario para su continuidad y ni una sola en su contra ha sido hasta ahora expuesta para validar y contentar a unos y a otros.

Lo cierto es que el tono se agria en un choque que comienza a posicionarse entre el tripartito y el Partido Popular. Un mano a mano que se calienta y que deja a las claras cuales van a ser las armas arrojadizas para utilizar en cuestiones que continúan años después sin aclararse y sin manifestarse de forma unánime.

Posturas encontradas y distantes que no hacen sino mostrar las opiniones -que no fundamentos- de Gobierno y oposición. Rencillas y facturas pendientes que valdrán para enmarañar aún más la madeja. Mostrar un Juzgado para saldar dudas no parece ser el lugar más esperanzador para hallar respuestas.

Las mismas que necesita la ciudadanía para conocer y discernir de verdad y ficción. La Zona Naranja toma el camino de los aparcamientos subterráneos. Mucho ruido y poca información.

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