La realidad siempre supera a la ficción, esta vez en el plano laboral. Como si de una película futurista se tratase, empresas del Reino Unido se plantean implantar microchips a sus empleados.
La idea, según cuentan, es mejorar la seguridad de sus empleados, pero parece claro que lo que se obtendrá es un mayor control sobre ellos. De esta forma, la polémica está servida y la mayoría de trabajadores muestra su preocupación.
Esta preocupación la han hecho visibles tanto la Confederación de Industria Británica como el Congreso de Sindicatos Británico. Y todo tras publicarse en la prensa inglesa que una compañía sueca ya ofrece este tipo de tecnología y algunas empresas importantes se han interesado por ella.
Este tipo de implantes no mediría más que un grano de arroz, pero no es su tamaño lo que causa polémica, sino sus consecuencias y los fines de su uso. Por mucho que puedan servir para abrir puertas o encender equipos informáticos, alguien tendría el control de la ubicación de sus empleados de forma permanente, lo que supone violar el derecho a la intimidad.
¿Cómo reaccionarías tú si en tu empresa te planteasen implantarte un dispositivo?
