Los traficantes ya no saben qué inventar para camuflar la droga que pretenden distribuir, pero en esta caso parece que se olvidaron de un paquete en un sitio algo peculiar: una caja de Nesquik.
El ‘regalito’ fue a parar a manos de un vecino de Zaragoza al que extrañó que el precinto no estuviera cerrado de forma correcta, pero no imaginaba el motivo. Al abrir la caja descubrió que, además del cacao en polvo normal, había un paquetito con polvos blancos.
Nada más percatarse se dirigió a la comisaría más cercana para entregar el contenido del bote, que resultaron ser 250 gramos de cocaína con un valor aproximado de 13.000 euros.
La Policía Nacional está investigando la procedencia del paquete y los motivos de por qué apareció en tan extraño lugar, descartándose de inmediato que la marca fabricante tenga algo que ver en este asunto. Es decir, alguien puso la droga en esa caja en concreto y ahora se trata de averiguar quién fue.
La principal hipótesis que se baraja es que algún traficante introdujo el paquete allí y envió la ubicación al comprador para que pasase a recogerlo evitando así contacto entre ambos. Pero claro, no contaban con que un cliente del supermercado se llevaría a casa la caja con la sorpresa sin saber su contenido.
Lo que nos preguntamos en Viruji es ¿qué habría pasado si la policía hubiese detectado la droga en los bolsillos del comprador mientras la llevaba a comisaría? Porque eso de «señor agente, me la he encontrado en una caja de Nesquik suena un poco a guasa».
