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Se encuentra a sí mismo en una fotografía de la infancia de su prometida

El destino es caprichoso y lo demuestra esta historia de amor con una casualidad increíble. Verona Koliqi, una chica de Kosovo que vive en Londres, no imaginaba que en una fotografía de su infancia aparecía el que ahora será su esposo. Repasando viejos álbumes familiares con su novio, él se quedó petrificado por la sorpresa […]

El destino es caprichoso y lo demuestra esta historia de amor con una casualidad increíble. Verona Koliqi, una chica de Kosovo que vive en Londres, no imaginaba que en una fotografía de su infancia aparecía el que ahora será su esposo.

Repasando viejos álbumes familiares con su novio, él se quedó petrificado por la sorpresa de verse a sí mismo en una de las imágenes.

En la fotografía ella aparece con sus hermanos y primos en la orilla de una playa de Montenegro. Justo detrás de ellos, un niño flota sobre una colchoneta. Y ese niño no era otro que su novio, aunque luego tardaron años en conocerse.

Mirand Buzaku, que así se llama el prometido de Verona, descubrió su propia imagen al recordar la camiseta, el bañador e incluso la colchoneta, pese a que la fotografía no es del todo nítida.

Enseguida llamaron a los padres de Buzaku para comprobar dónde había estado la familia de vacaciones diez años antes, exactamente nueve años antes de conocerse la pareja. Y sí, era el mismo lugar, así que no había ya duda posible.

Parece increíble que ambos hubiesen estado tan cerca sin sospechar lo que el futuro les depararía una década más tarde, pero parece que Cupido ya estaba por allí apuntándoles con sus flechas.

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