James Dempsey, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, de 89 años, murió en un asilo de ancianos de Atlanta, EEUU, mientras dos enfermeras que estaban a su cuidado no sólo no atendían sus pedidos de auxilio, sino que encima estaban de cachondeo.
El suceso ocurrió en el Centro de Salud y Rehabilitación del Nordeste de Atlanta en 2014, pero es ahora cuando ha visto la luz tras difundirse en la televisión un vídeo grabado en secreto por la familia. Obviamente, la familia demandó al asilo.
El anciano pide ayuda en repetidas veces, afirmando que no puede respirar. Las enfermeras pasan de él y no sólo no hacen las maniobras necesarias, sino que se ríen mientras intentan encender una máquina de oxígeno.
El asilo luchó durante tres años por mantener el video en secreto, según la cadena de televisión WXIA-TV. En ese sentido, una declaración del geriátrico afirma que la atención en el centro ha mejorado desde entonces al estar al cargo de otro personal.
Las enfermeras declararon que cuando se dieron cuenta de que Dempsey había dejado de respirar, corrieron a su habitación y comenzaron a realizarle reanimación cardiopulmonar hasta que llegaron los paramédicos. Sin embargo, el video muestra que nadie le reanimó.
Cuando a una de las enfermeras se le enseñó el video, confesó a los abogados que se trató de un error.
