La cantante Madonna deslumbró a los aficionados al fútbol americano y a los más de cien millones de espectadores que siguieron su actuación
La cantante Madonna deslumbró a los aficionados al fútbol americano y a los más de cien millones de espectadores que siguieron su actuación durante el descanso de la Super Bowl que se celebró este domingo.
Madonna, la primera estrella femenina que actúa en el descanso desde el famoso "descuido de vestuario" de Janet Jackson y Justin Timberlake en 2004, entró al estilo de Cleopatra al estadio Lucas Oil de Indianápolis, llevada por un grupo de musculosos gladiadores.
Con atuendo egipcio, tocado y unas ajustadas botas negras, la superestrella del pop presentó su tema Vogue bajo las luces y otros efectos visuales de una actuación a la que contribuyó el canadiense Circo del Sol.
Luego llegó Music, a la que siguió Give Me All Your Luvin, del último álbum de Madonna.
En un guiño al deporte cuyos seguidores iba a entretener, la cantante realizó buena parte de su actuación en, o enfrente, de las gradas, con bandas escolares de música y líneas de tambores para animar la actuación, que duró unos diez minutos.
Tras una mezcla de sus éxitos Open Your Heart y Express Yourself, Madonna cerró su actuación ataviada con un traje negro al estilo góspel, con el que interpretó Like a Prayer junto con Cee Lo Green antes de desaparecer en una nube de humo.
Madonna no fue la única superestrella del pop que actuó en la Super Bowl el domingo, uno de los programas más vistos en televisión en Estados Unidos: Kelly Clarkson interpretó el himno nacional.
La Super Bowl atrajo el año pasado a 111 millones de televidentes en Estados Unidos, la cifra más alta para un programa en ese país.