El jefe de la Policía de Kabul, Ayoub Salangi, ha informado este viernes de que el balance definitivo de la ocupación y toma de rehenes por parte de los talibán en el Hotel Spozhmai, en Kabul, es de trece muertos, repartidos entre cinco insurgentes, tres guardias del hotel, cuatro civiles y un agente de Policía.
Poco antes, la Policía afgana había anunciado el fin del asedio, que duró alrededor de doce horas, y comenzó poco antes de la medianoche del jueves (horario local), cuando un grupo de talibán fuertemente armados con lanzagranadas y ametralladoras atacó el hotel en el momento en que se estaba celebrando una fiesta privada.
Un número indeterminado de personas quedaron atrapadas en el edificio, de las cuales 35 fueron liberadas en las primeras horas por las fuerzas de seguridad. Muchos de los huéspedes escaparon del hotel saltando por la ventana hacia el lago que rodea el complejo recreativo. Los policías y los soldados rodearon el hotel de madrugada. Sin embargo, la operación no se desplegó plenamente hasta el amanecer, cuando intervinieron las fuerzas de la OTAN.
"Es un crimen contra la Humanidad porque han atacado a mujeres y niños que estaban de 'picnic' en el lago. Allí no había ni un solo soldado", declaró el jefe de la Unidad de Investigación de la Policía, Mohammad Zahir.
Los talibán afganos han reivindicado la autoría del ataque, argumentando que los afganos ricos y los extranjeros utilizan el hotel para celebrar "fiestas salvajes" antes de la celebración religiosa del viernes.
Qargha Lake, el complejo turístico donde se sitúa el hotel, es una de las pocas alternativas que existen en la capital afgana para las escapadas de fin de semana. Sus hoteles y restaurantes son frecuentados por funcionarios, políticos y empresarios, sobre todo, los jueves por la noche.
