Tal vez por las fiestas venideras y el buen humor al que parecen obligar, los tiktoks -la red social donde se comparten videos cortos en vertical- andan revolucionados. Por esta razón, por puro afán de arrancar una sonrisa o una carcajada en ella vemos de todo, porque casi todo es un motivo al que sacarle punta. Utilizando su lenguaje particular, se trata de una creación de contenido desde otro ángulo, cultura colectiva lo llaman, sin embargo, a veces se cruza la línea invisible y a la vez rotunda del respeto al rozar lo escatológico, descartando, por supuesto, lo fecal, lo excrementicio, lo soez y lo indecente. Por tanto, advertimos y aclaramos que la hablilla de hoy ha sacado los pies del plato al haber elegido este video breve y rápido que viene saltando de un móvil a otro desde hace unos días con la velocidad máxima, el sonido breve y la energía incesante de una pulsación.
En quince segundos, el enlace nos muestra esta nueva tendencia en manicura, consistente en una melena sedosa, colorida y de longitud variable que rodea la uña de cada dedo una vez maquillada. El resultado son diez rostrillos sedosos, enmarcando caritas sonrientes o bien una continuación del color elegido, capaces de volar con el movimiento de las manos o bailar bajo el grifo cuando se impone lavatorio. Si dejamos a un lado el gusto y el disgusto, si podemos ser objetivos, la idea es tan original que se ha convertido en tendencia, más bien a corto plazo por la practicidad, porque al igual que usted, apreciado lector, la hablilla también ha pensado en la dificultad al hacer, por ejemplo, una colada, doblar ropa, vestirse o coger los artículos del súper, pasando por alto el arte culinario y la higiene personal.
El maquillaje de las uñas cuenta ya con su propia historia, breve pero documentada en los millones de tutoriales que se vienen haciendo. Primero se rompió la uniformidad del color al pintar el dedo anular de ambas manos en otro distinto, resultando curioso e impactante. Luego llegaron las flores, las hojas, las estrellas y los corazones, la combinación de colores en un recipiente con agua fría donde introducir la uña, las lentejuelas y mil texturas más hasta llegar al terciopelo, el padre, el antecesor de estas greñas que se cuidan con champú, acondicionador, secado y planchas.
La hablilla termina con el otro ángulo de este enfoque, el comentario de las abuelas. A buen seguro, nunca se habrían figurado semejante cosa y probablemente habrían dejado de leer estos renglones para no acabar con el estómago levantado, la definición más clara y precisa de un sentimiento.