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El hombre «con el pene más largo» cuestiona los límites de la animación

EFE – Una serie de dibujos protagonizada por «el hombre con el pene más largo del mundo», estrenada esta semana por la televisión pública danesa DR, ha reavivado el debate sobre los límites de la animación en este país nórdico. «John Dillermand» («John Pilila») cuenta, en episodios de cinco minutos, las andanzas de un adulto […]

EFE – Una serie de dibujos protagonizada por «el hombre con el pene más largo del mundo», estrenada esta semana por la televisión pública danesa DR, ha reavivado el debate sobre los límites de la animación en este país nórdico.

«John Dillermand» («John Pilila») cuenta, en episodios de cinco minutos, las andanzas de un adulto vestido con bañador y gorro, que vive con su abuela y al que su gigantesco y desobediente pene (que aparece cubierto como una prolongación de la prenda) mete en problemas en su vida cotidiana.

«Trata de atreverse a asumir lo que uno hace, sus fallos, y querer lo bueno, aunque a menudo lo atrevido y lo prohibido sean lo más tentador. La serie reconoce también el interés de los niños en su cuerpo, lo embarazoso y divertido», explica Morten Skov Hansen, jefe de Ramasjang, el canal infantil de DR.

Aunque el protagonista sea un adulto, su mentalidad «infantil, curiosa, inocente y bondadosa» hace que los niños de 4 a 8 años, público objetivo de la serie, se identifiquen con él y con un universo donde la magia, el humor y la exageración están en el centro, explica Skov Hansen a Efe por correo electrónico.

A juzgar por las miles de reproducciones de cada capítulo en la web de DR, la serie es un éxito, y aunque la mayoría de reacciones en las redes sociales de la cadena ha sido positiva y los medios daneses la han recibido con elogios, también han surgido críticas.

El diputado ultraconservador Morten Messerschmidt fue de los primeros en reaccionar calificándola de «repudiable» por su supuesto contenido sexual, mientras que otros críticos inciden en que ofrece una imagen estereotipada: un hombre dominado por su órgano sexual y una anciana que trata de controlarlo.

«Lo que yo veo, y afortunadamente también los niños, es un pene astuto, animado y a rayas que forma parte de un universo mágico y divertido. Está tan asexualizado como es posible», se defiende Skov Hansen, que insiste en que hay que analizar la serie desde una óptica infantil, no adulta, y que se trata de una comedia.

«John Dillermand» nació como una historia para dormir que el cineasta infantil Jacob Ley ideó para entretener a sus tres hijos y hablarles de todo lo que es divertido y embarazoso.

«A los niños les encantó, porque así les podía hablar sobre la anatomía del cuerpo sin sexualizarla y vincularlo con sentimientos que trataban sobre la fascinación en vez de avergonzarse de una parte de nuestro cuerpo», contaba Ley hace unos días en una entrevista al diario «BT».

Los creadores de la serie recurrieron también al asesoramiento de un psicólogo infantil durante el proceso previo y de Sex og Samfund, una conocida organización que se dedica a la educación sexual.

MACHISMO Y ME TOO

Las críticas también han ido dirigidas al supuesto machismo de la serie por elegir a un hombre y su pene, un aspecto que se enmarca en el renacimiento que el movimiento de denuncia de abusos y acoso #MeToo (Yo también) ha tenido en Dinamarca en los últimos meses.

«Los hombres no tienen control sobre su propio pene. ¿De verdad ese es el mensaje que queremos enviar a nuestros niños, en medio de una enorme ola de #MeToo?», afirmaba en otra entrevista la conocida escritora y polemista Anne Lise Marstrand-Jørgensen.

La denuncia en directo de una popular presentadora de televisión sobre el acoso sufrido años antes desencadenó el pasado otoño una segunda ola de #MeToo en Dinamarca, que afectó a múltiples ámbitos de la sociedad danesa y se llevó por delante, entre otros, al alcalde de Copenhague y al líder de uno de los principales partidos.

Pero la DR recuerda que la serie fue planeada mucho antes de que renaciera esa controversia, aparte de negar cualquier posible implicación y no descartar que en el futuro pueda haber un programa con un equivalente femenino.

UNA TRADICIÓN DE IRREVERENCIA Y PROVOCACIÓN

El de «John Dillermand» no es el primer caso en el que la DR se ha visto envuelta en la polémica en los últimos años.

«Onjel Reje» (El tío Gamba) es uno de los presentadores más populares de la programación infantil de la cadena, un cuarentón al que no le gusta bañarse, no come verduras, toca heavy metal y coquetea con el satanismo.

Ultra, el canal juvenil de DR, también causó controversia en el pasado por un programa en el que niños de 11 a 13 años observaban en directo los cuerpos de adultos posando desnudos.

«La DR tiene una larga tradición de hacer contenido para niños que se atreve a tratar lo embarazoso, lo difícil, lo raro y lo divertido, y en esa tradición encaja John Dillermand. Estamos muy orgullosos del programa, sobre todo cuando vemos lo bien que lo reciben los niños», sostiene el responsable de DR Ramasjang.

Skov Hansen resalta, no obstante, que el canal cuenta con una «amplia paleta» de programas y universos muy distintos con diferentes personajes, intenciones y enseñanzas; de modo que hay «algo para todos los públicos».

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