Bien está lo que bien acaba. El silbato de la época turdetana hallado en el paraje de la Laguna Dulce de Doñana en el mes de septiembre ya está en el Museo de Huelva. Han sido investigadores de la Estación Biológica de Doñana, entre ellos el protagonista del hallazgo, los encargados de hacer entrega de la pieza en las instalaciones museísticas de la capital onubense.
Se pone así fin a una polémica iniciada tras el traslado de la pieza a las instalaciones de la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla, en vez de ser depositada en el Museo de Huelva, responsable de cualquier hallazgo patrimonial que se produzca en la provincia onubense.
Por ello, las autoridades presentes no podían disimular este jueves su alegría tras poder comprobar el histórico hallazgo. De hecho, han sido el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, José Manuel Correa, y la delegada de Cultura, Teresa Herrera, en presencia de los alcaldes de Huelva y Almonte -Pilar Miranda y Francisco Bella- los que con sus propias manos, protegidas por guantes, han mostrado el silbato a los medios y lo han depositado en un espacio expositivo, en el que permanecerá hasta el domingo para poder ser contemplado por los ciudadanos.
Después, será retirado para su estudio y contextualización, para posteriormente volver a ser expuesto, ya de forma permanente, en el Museo de Huelva.
Aunque precisamente ese estudio detallado será el que confirme y amplíe la historia de la pequeña pieza, sí han adelantado que se trata de un silbato de la época turdetana, un instrumento musical de más de 2.000 años accionado con aire a través de los orificios practicados en una pieza de terracota con figura femenina. Posiblemente se empleara como reclamo para trabajadores, para la caza o para algún tipo de interacción social.
Según han detallado en el acto de recepción del silbato, “se trata de una figurita de de una figurita, de 56,2 milímetros y 21,8 gramos de peso, que presenta un significativo desgaste debido a la erosión y el rodamiento, dificultando la observación de sus detalles”. La persona representada “se presenta de pie, en posición frontal, cubierto el cuerpo con un manto y la cabeza con un abultado tocado. Posiblemente pudiera haber perdido un apéndice que sirviera para llevar la pieza colgada del cuello”.
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Más allá de la relevancia propia de la pieza, el interés reside también en que, de confirmarse la data, sería el primer hallazgo arqueológico tan antiguo encontrado en ese entorno. Por ello, la delegada ha indicado que han solicitado “realizar una inspección en primera persona, por parte de los técnicos, en la zona de la Laguna para ver la idoneidad de futuros estudios y contextualizar el hallazgo”.
Un hallazgo que Miguel de Felipe, investigación de la Estación Biológica, vivió en primera persona: “Transcurrió como parte de las investigaciones que realizamos en el sistema de lagunas de Doñana y la del hallazgo, concretamente la Laguna Dulce, es una de las lagunas que era permanente de Doñana, que no se secaba salvo en años extraordinariamente secos. Debido a la sobreexplotación del acuífero, esta laguna lleva años secándose anualmente y fue lo que permitió que en una de las revisiones rutinarias de los niveles de profundidad de la laguna, advirtiera que unos jabalíes habían estado hozando, removiendo el sustrato en busca de alimentos, y habían desenterrado lo que parecía una piedra”.
Cuál fue su sorpresa cuando se percató de que “la piedra que había cogido del suelo tiene cara”. Fue entonces cuando “inmediatamente los comunicamos a mis superiores de la Estación Biológica, y estos al Espacio Natural”, trasladando la pieza “bajo custodia” hasta Sevilla.
El silbato turdetano ya está en el Museo de Huelva y su estudio detallado permitirá arrojar un poco más de luz a la historia de esta tierra milenaria.
