Las puertas de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen se abrían a las 16.50 horas. Toda una multitud agolpada, esperando reencontrarse con la Hermandad del Prendimiento en un Miércoles Santo que se presume sin sobresaltos meteorológicos.
En silencio absoluto, con la Cruz de Guía ya en la calle, la Hermandad del Prendimiento echaba a andar. Mientras, en el interior del templo, el Señor del Prendimiento comenzaba a moverse, de costero a costero. Una primera levantá por los familiares fallecidos de tres costaleros: "Esta levantá, esta chicotá y este recorrido va por estos tres compañeros", decía el capataz Antonio Fernández Guerra, para continuar con una frase que es santo y seña del costal: "Todos por igual, valientes, a ésta es".
A las 17.00 horas, el paso de misterio ya estaba en la calle. Ahora, a cumplir con el Miércoles Santo y con la estación de penitencia.