Huelva

Alertan del incremento de la obesidad en la población infantil

Las consecuencias, presencia de prediabetes y alteraciones en el desarrollo de los niños, según explica una endocrino del Complejo Hospitalario de Huelva

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  • Una dieta saludable -
  • Clave: aumento de grasas saturadas y alimentos precocinados en las comidas
  • Advierten del “efecto rebote” de las populares dietas ‘milagro’

En pleno boom de la gastronomía, con numerosos programas en la pequeña pantalla que giran en torno a la cocina y chefs elevados a la categoría de semidioses, pudiera parecer que nos alimentamos mejor, pero no es oro todo lo que reluce.

Seguir una dieta equilibrada no tiene como único fin la pérdida de peso, sino la promoción de la salud

Si bien es cierto que “la alimentación está recobrando el valor que merece en la sociedad”, también hay una cara B. Así lo explica a Viva Huelva Alicia Justel, especialista en Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva. “En la actualidad, vemos a pacientes en consulta que acuden no para una pérdida de peso, sino interesados en llevar una dieta sana y equilibrada”, explica.

No obstante, “eso llevado al extremo, junto con el incremento de la preocupación por la imagen corporal, constituiría la otra cara de la moneda, que puede llevar  a la aparición de trastornos de la conducta alimentaria, con un mayor riesgo en la adolescencia”.

Del mismo modo, Justel alerta de que, aún así, “la obesidad en nuestro país está incrementando de manera muy preocupante, probablemente en relación a la ingesta de grasas saturadas y alimentos precocinados”. Y lo que es peor, la obesidad “comienza también a afectar a la población infantil, produciendo problemas tan importantes como la presencia de prediabetes o incluso alteraciones de su desarrollo”.

nte este incremento de obesidad en la población infantil que constata en su consulta, la médico recalca que “todos tenemos un papel muy importante a la hora de su educación, tanto en el colegio y en nuestra consulta, como en el ámbito familiar, ya que las costumbres se convierten en hábitos de vida, y eso, desde mi punto de vista, marca sin duda el futuro de ese niño en la edad adulta”.

El aumento del consumo de comida procesada también podría estar detrás del aumento de las intolerancias alimentarias. Al respecto, Justel explica que “siempre ha existido una menor tolerancia a determinados alimentos, como los lácteos, debido a una alteración en su digestión y absorción; pero de cualquier modo, creo que el incremento de los casos de disconfort abdominal en relación a la ingesta podría estar influenciado en parte por la prevalencia de alimentos procesados en nuestra alimentación”. No obstante, matiza que “es un tema en auge en la actualidad y sobre el que todavía disponemos de poca información científicamente relevante”.

No hay pociones mágicas
Lo que sí tiene claro es que no hay pociones mágicas para la pérdida de peso. La clave está en seguir una dieta equilibrada, pero “hay que remarcar la idea de que no tiene como único fin la pérdida de peso, sino la promoción de la salud”. De ahí que recomiende “un cambio de estilo de vida para que la pérdida sea progresiva y no desencadene el conocido efecto rebote”.

Tras el verano, son muchas las personas que recurren a las dietas para perder esos kilos cogidos durante las vacaciones. Por ello, Justel advierte de las populares dietas ‘milagro’, ya que “el problema es que someten al organismo a una situación que no puede mantener durante un tiempo prolongado y esto hace que cuando se vuelve a ingerir una dieta completa, se produzca una ganancia de peso exponencial, que en muchas ocasiones es incluso superior al peso del que se partía”.

En esta línea, la médico explica que “la gran pérdida de peso inicial suele deberse a su efecto diurético y la consecuente pérdida de líquido, que vuelve a recuperarse rápidamente”.

Por ello, esta especialista en Endocrinología recomienda un modelo de dieta saludable, que acompaña a esta información. La clave, explica, es “realizar cinco comidas al día, y es muy importante no evitar el desayuno, un error muy cometido que hace que muchas veces no se obtengan los resultados deseados, fundamentalmente si se va a realizar ejercicio físico en las primeras horas del día; no obviar la merienda y realizar una cena lo menos copiosa posible”.

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