La segunda mitad del pasado siglo sirvió para que eclosionara la Semana Santa y se crearan nuevas cofradías por lo que en 1.969, desfilaron un total de 15 Hermandades.
Como es habitual, la Hermandad de la Borriquita fue la primera en salir a las calles que, como suele ser habitual los Domingos de Ramos, estaban atestadas de público. También fue masiva la presencia de espectadores de la Hermandad de la Cena, que estrenaba varios mantolines para los Evangelistas, así como para los Mutilados, cuya salida fue seguida con gran emoción dadas las dificultades de la rampa existente en la Iglesia de San Sebastián.
La jornada del Lunes Santo tan solo contaba con la Hermandad de las Tres Caídas y su recorrido procesional fue seguido por numerosas personas que admiraron la belleza de María Santísima del Amor.
El Martes Santo amaneció con lluvias y pareció que dañaría a las cofradías pero, a la hora de las salidas, mejoraron las condiciones climatológicas y, tanto la Hermandad de los Estudiantes como Pasión se echaron a la calle para llevar a cabo su desfile penitencial. Estudiantes pasó por el Convento de las Hermanas de la Cruz y Pasión contó con una representación de la Marina de Guerra Española.
Un año más, la Hermandad de la Victoria reunió a cientos de personas en su salida de la Iglesia del Polvorín. Y, como es tradicional, hubo el rezo de una Salve cuando el palio llegó al lugar donde años atrás se incendió. Desde la Catedral hizo estación penitencial la Hermandad de la Esperanza al haber obtenido los permisos técnicos necesarios debido al estado del templo. En la presidencia de la Esperanza figuraban representaciones del Ministerio de Marina y de Información y Turismo.
Los desfiles del Jueves Santo fueron abiertos por la Hermandad de la Oración en el Huerto en cuya Presidencia Oficial figuraba una amplia representación del Ayuntamiento de Huelva, Hermano Mayor Honorario de la Cofradía. Desde la Catedral y a las nueve de la noche partió la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Cadenas que, en su trayecto por la carrera oficial, estuvo presidido por el alcalde de la ciudad, en representación del Jefe del Estado, acompañado de autoridades civiles y militares, cerrando marcha una compañía del Regimiento de Infantería ‘Granada 34’ con bandera y banda de cornetas y tambores. La jornada finalizó con la salida, a las 22,30 horas del Santísimo Cristo de la Buena Muerte al que le dedicaron muchas saetas durante el recorrido.
Como es tradicional, a las 4 salió la Hermandad del Nazareno en la que, además de numerosos penitentes, figuraban numerosas personas de promesa. Con gran recogimiento, la cofradía hizo su desfile penitencial, desbordándose la pasión al amanecer y durante el paso por la calle Marina y la Placeta camino de la recogida, presenciada por miles de personas.
La Hermandad del Descendimiento inició los desfiles procesionales del Viernes Santo desde la iglesia de San Pedro hasta donde se habían trasladado muchas personas para ver la dificultosa salida. En la presidencia, una representación de la Corporación Municipal. A continuación desfiló la Hermandad del Santo Entierro, destacando que el paso de la Urna estuvo escoltado por cuatro Hermanos Fosores y por la Guardia Municipal con traje de Gala y seguido por la Banda Municipal de Música. También hubo una presidencia oficial encabezada por el Gobernador Civil, que representaba al Jefe del Estado, Obispo de la Diócesis, autoridades civiles y militares y una compañía del Regimiento de Infantería ‘Granada 34’ con bandera y banda de cornetas y tambores. Los desfiles se cerraron con la Hermandad de Nuestra Señora de La Soledad, vulgarmente conocida por la del Silencio que presidió todo el itinerario.
Así trascurrió la Semana Santa de hace medio siglo, muy parecida a la que disfrutamos en la actualidad, aunque aún todavía habría hermandades por fundar y que lo harían en los siguientes años.
