Terminó el año deportivo para el Real Jaén. Un año que se inició en Segunda B y con dudosas expectativas tanto en lo económico como deportivo. Pero las tornas cambiaron y se solventaron situaciones complicadas como el concurso de acreedores, la posibilidad de tener que ampliar el capital que era una ‘espada de Damocles’ sobre la sociedad deportiva y, a falta de dos jornadas para la conclusión de la primera vuelta, el equipo cumple objetivos en la clasificación de Liga Adelante.
Sí, cumple objetivo, porque este equipo está confeccionado para sufrir hasta el último segundo, del último minuto, del último partido para salvar la categoría. No debemos de ser derrotistas porque se hayan perdido los dos últimos partidos, Espanyol y Ponferradina, puesto que no podemos olvidar de dónde venimos y adónde vamos. Por el buen trabajo realizado los miembros del plantel disfrutan desde hoy, y hasta el próximo lunes, unos merecidos días de descanso, que servirán para ‘cargar pilas’ y afrontar el resto de temporada con la fuerza necesaria para cumplir el proyecto.
Mientras tanto la idea de los dirigentes es profesionalizar el club, cambiar la imagen, e intentar acercarlo a todos los sectores de la sociedad. Para ello se ha contratado un nuevo ‘empleado’, Lorenzo Risueño, -ya nos extrañaba su presencia en los últimos partidos por el estadio-, que ya ejerce, pero del que nada se ha dicho de forma oficial. En el plano deportivo, destaca la labor de Aybar por conseguir con pocos recursos unos mimbres con el que se está haciendo un buen cesto dentro de las previsiones que se tenían.
El ejecutor de la sinfonía no es otro que Manolo Herrero. El técnico iliturgitano ha conseguido impregnar al grupo de una filosofía de juego que está siendo destacada en toda España. Con un grupo de jugadores modestos, el fútbol que practica el equipo de Herrero es destacado entre aquellos que analizan la categoría. Todos alaban el juego de los blancos, como Andoni Cedrún en ‘Tiempo de Juego’ de COPE y los técnicos rivales, pero la frase más sensata la pronunció el sábado el entrenador de la SD Ponferradina, Claudio Barragán, quien dijo que “si alguien del fútbol merece un busto en Jaén, ese es Manolo Herrero”.
Esta frase viene a decirnos que fuera de nuestra tierra están valorando lo que nosotros no hacemos con un técnico, Manolo Herrero, que se está abriendo camino en el mundo del fútbol con buenos pero limitados mimbres, con humildad, y con lo que casi siempre se consiguen las grandes gestas: sufriendo.
Así, y no de otra forma, no lo olvidemos, el Real Jaén logrará la gesta de la permanencia. ¡Feliz Navidad!
