Corre Jaén para preparar mesa y mantel, sonrisas y caricias, regalos y abrazos, que ya vendrán, con paso firme los harapos del resto del año
Más allá de la connotación religiosa y de la efeméride que se conmemora esta noche, la Nochebuena y la Navidad son en nuestra sociedad, por la tradición histórica, una fiesta familiar y llena de esperanza, hasta para los desesperanzados que el sistema mantiene en un injusto y triste destierro. Jaén se prepara hoy para vivir una noche feliz, en general. Y lo hace en la calle, con un ambiente desde hace ya semanas que se había desdibujado en los últimos años, con pocas luces navideñas, pero mucho más florido, todo hay que decirlo, y con un tiempo, atípico, pero no definitivo, que acompaña a transitar por la ciudad. Jaén se prepara para despedir el año en compañía y rodeado de los seres más queridos, olvidando por unos días, apenas unas horas en algunos casos, los sinsabores de la precaria rutina instalada en los hogares desde hace años. Y una vez más, como siempre que el corazón se alegra, son los más pequeños quienes procuran un áurea de inocencia y felicidad a estas fechas. Corre Jaén para preparar mesa y mantel, sonrisas y caricias, regalos y abrazos, ternuras y llantos, que ya vendrán, con paso firme los harapos del resto del año, los que precisarán nuevamente de amigos, familia y amor. ¡Feliz Navidad!
