El japonés Shoji Morimoto ha dado una vuelta de tuerca al emprendimiento. Se está forrando a base de no hacer nada. Increíble.
Morimoto, de 37 años, se alquila literalmente a otras personas por unos 80 euros la hora, pero no para trabajar ni limpiar o algo parecido, sino para ser un mero acompañante callado y casi inmóvil.
Comenzó su proyecto a mediados de 2018 y ha recibido miles de solicitudes. En las redes sociales suma decenas de miles de seguidores, no todos clientes, pero sí muchos de ellos.
¿Y qué hace Morimoto? Pues nada, nada… literalmente no, pero sus funciones son así de simples: comer, beber y responder con palabras simples si se le pregunta algo. Más mascota que persona parece visto así.
El servicio más demandado es para acompañar a sus clientes a comer. Porque sí, hay gente a la que no le gusta comer sola, así que «alquila» a Morimoto para ese rato. Y esto, que nos parece tan raro en España, se ve normal en Japón, un país en el que ya hace años conocimos los locales que venden abrazos.
Este japonés con estudios superiores ha visto así solucionada su vida laboral, al menos de momento, dejando bien claro de paso que no todo está inventado.
