Jerez apenas tiene 1,70 trabajadores cotizando a la Seguridad Social por cada pensionista que percibe prestaciones del Estado, un dato que pone de manifiesto el importante desequilibrio que existe entre el volumen de personas que aportan fondos a las arcas públicas y el de aquellas que los reciben.
Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a 31 de diciembre estaban dados de alta en Jerez en los distintos regímenes de cotización un total de 65.051 trabajadores, una de las cifras más altas de los últimos años.
Sin embargo, hace apenas unos días el senador socialista Alfonso Moscoso cifraba en 38.901 el número de jerezanos que perciben mensualmente pensiones contributivas y no contributivas, ascendiendo además a 1.096 euros el importe neto de esas pensiones. Se trata del 18,27 por ciento del total de la población. El Estado destina 647 millones de euros anuales al abono de todas esas prestaciones.
La ecuación no deja por tanto ningún lugar a la duda. Jerez ni siquiera cuenta con dos trabajadores por cada pensionista, una proporción que dificulta sobremanera la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
En Andalucía, sin ir más lejos, hay 2,01 trabajadores por cada pensionista; y en la Comunidad de Madrid, 2,86.
Jerez estaría en el nivel de las comunidades autónomas de Extremadura (1,73) y País Vasco (1,73); y algo mejor que otras como Cantabria (1,56), Castilla y León (1,52), Galicia (1,36) y Asturias (1,24).
Además de los datos de empleo, esta proporción también tiene mucho que ver con el envejecimiento de la población.
Según los últimos datos definitivos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Jerez hay 31.850 personas que han sobrepasado ya los 65 años de edad, el 14,96 por ciento del total de los habitantes.
Todos ellos tienen derecho a una prestación. La perspectiva a corto y medio plazo no parece demasiado favorable, ya que Jerez no escapa a ese progresivo envejecimiento de la población y además va a empezar a incorporar a la nómina de jubilados a la denominada generación del baby boom, integrada por los nacidos entre 1957 y 1977.
Según el INE, el municipio cuenta ahora con 11.263 personas de edades comprendidas entre 60 y 64 años; y con 14.133 que tienen entre 55 y 59 años.
Eso significa que en los próximos diez años habrá incorporado ya a otros 25.396 pensionistas, lo que va a desnivelar aún más la balanza.
