La editorial Tintablanca se ha dedicado desde su fundación a la edición de Libros de Viajes. Justo así, con mayúsculas, a partir de unas cuidadísimas publicaciones impresas en el mejor papel del mercado -procedente de Verona- y encuadernadas con algodón orgánico.
De hecho, el año pasado recibieron el premio nacional a los libros mejor editados en España y concedido por el Ministerio de Cultura. Madrid, París, Londres, Nueva York... forman parte de esa exquisita colección que acaba de alcanzar su número 15, dedicado a la ciudad de Jerez.
“Es uno de mis favoritos”, confiesa Carolina Pérez, directora de la firma, quien subrayó el talento y entusiasmo depositado en cada una de las obras “para que sean una delicia. Nuestro objetivo es hacer los libros de viaje más bellos que jamás se hayan hecho”. En este caso, reconoce, “la ciudad nos eligió antes que nosotros al libro”.
Es más, uno de los impulsores de la publicación es el empresario jerezano, Fulgencio Meseguer, socio de la editorial, un proyecto al que se sumó tras comprobar que cumplía con una de sus máximas en la vida: alcanzar la “excelencia”. Y, como apuntó, “no se puede hacer mejor un libro que como lo hacen en Tintablanca”.
En el caso de Jerez, aseguró que “cuando se lea se podrá comprobar que es un libro de viajes diferente; incluso para el jerezano, para el que puede suponer un viaje al alma. Este libro es como acariciar Jerez”, resaltó con satisfacción.
Un viaje al alma, o una “carta de amor”, como lo definió el editor Manuel Mateo Pérez, “una carta de amor a una de las ciudades más bellas del mundo”, a través del “talento de los mejores”, en este caso, la periodista e historiadora, María José Solano, y el pintor Miki Leal -matrimonio en la vida real-, a los que la editorial encomendó el presente trabajo.
María José Solano compartió con el público asistente a la presentación del libro en el Palacio de Campo Real que “quería contar Jerez desde la emoción”, pero “como si nunca hubiésemos estado y hubiésemos borrado nuestras huellas en la arena”. Los dos se desplazaron a la ciudad para trabajar sobre el terreno, aunque por separado, para no dejarse influir mutuamente. El resultado final confirma que también Miki Leal coincidió a la hora de captar el Jerez de las emociones.
La obra, dividida en diez capítulos, aborda la historia de la ciudad y atraviesa sus textos con otras referencias literarias inevitables, pero se centra asimismo en sus grandes emblemas: el vino, el caballo y el flamenco.
Tintablanca ha lanzado al mercado cuatro mil ejemplares de Jerez, dos mil en castellano y dos mil en inglés, y ya se encuentran a la venta.