Jerez

Condenado por agredir a un preso que estaba roncando

El agresor propinó un puntapié a su compañero porque no le dejaba dormir

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  • El juicio tuvo lugar en la Sección algecireña de la Audiencia Provincial ayer por la mañana. -
  • La víctima cumplía su primera condena y coincidió en la celda con un reincidente
La Sección algecireña de la Audiencia Provincial celebró ayer la vista del juicio contra J.G.S., a quien se acusaba de provocar lesiones en el rostro a un compañero de celda cuando se encontraba preso en el centro penitenciario de Botafuegos.

Finalmente, y tras lograrse un acuerdo entre el abogado defensor de J.G.S. y el Ministerio Fiscal, la pena quedó reducida a dos años de prisión, al entenderse que concurrían circunstancias atenuantes, según indicaron fuentes judiciales.

El acusado, que según fuentes judiciales ahora estaría viviendo en la indigencia y resultó muy difícil de localizar, cuenta con un amplio historial delictivo y cumplía condena hace dos años en el penal algecireño. En base a las fuentes consultadas, el preso compartía habitación con otro interno, un camionero al que se había condenado por tráfico de estupefacientes a una pena menor de prisión y que pisaba la cárcel por primera vez.

Frustración
En base a las declaraciones efectuadas en su momento por uno de los testigos del caso, una noche de 2006 el interno reincidente trataba de dormir en la litera de arriba, pero su compañero de celda no paraba de roncar.

Exasperado ante tal situación, hacia las 6.30 horas de aquella  mañana el presunto agresor bajó de un salto desde la litera superior y propinó al otro preso, aún dormido, un puntapié en plena cara que le rompió la nariz y le hizo sangrar abundantemente.

Alarma
Inmediatamente después de ocurrir la agresión, se decretó una situación de alarma dentro de la prisión y se presentó el jefe de servicio del centro penitenciario, acompañado de varios funcionarios, quienes mediaron en la disputa que se había originado y atendieron en un primer momento al herido.

El Ministerio Fiscal pidió en principio la pena de seis años de cárcel para el acusado por un delito de lesiones, ya que entendió que los daños en el rostro de la víctima surgieron como resultado de una agresión gratuita, y no porque entre ellos hubiese habido un enfrentamiento previo.

Según indicaron las fuentes citadas con anterioridad, el proceso llegó a suspenderse hasta en tres ocasiones por sendas incomparescencias del acusado, quien en base a las fuentes consultadas vive en la calle.

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