Réquiem por el higo chumbo en la provincia de Cádiz

Publicado: 13/09/2019
Las chumberas están desapareciendo a un ritmo acelerado por la acción de la cochinilla, cuyos efectos pueden ser terminales
Las chumberas se encuentran en un limbo administrativo porque los departamentos de Agricultura y los de Medio Ambiente no las consideran de su competencia, lo que puede acelerar su desaparición del paisaje mediterráneo por la plaga de la cochinilla, cuyos efectos son cada vez más visibles.

Esta planta no está considerada un cultivo para los departamentos de Agricultura y se tiene calificada como especie exótica invasora por los de Medio Ambiente pese a que desde hace medio milenio forma parte del paisaje mediterráneo, su fruto completa las economías locales y sus arbustos delimitan fincas, sirven de corta vientos y fijan el terreno en lindes, taludes y caminos.

No obstante, está desapareciendo a un ritmo acelerado por la acción de la cochinilla de la chumbera -una variante de la cochinilla del carmín-, cuyos efectos pueden ser terminales, según han advertido los científicos.

La propagación de las colonias de este insecto ya es "alarmante" y alcanza proporciones de "epidemia", según ha asegurado a Efe el profesor de Agronomía de la Unidad de Entomología Agrícola de la Universidad de Córdoba Meelad Yousef, quien ha dirigido un estudio sobre esta plaga y el modo de combatirla, en el que también ha intervenido el vicerrector de Investigación de esta universidad, Enrique Quesada.

Meelad Yousef ha asegurado que se puede acabar con la plaga como han demostrado los ensayos y las pruebas científicas efectuadas durante la primavera del año pasado en chumberas de los municipios gaditanos de Rota, Chiclana y El Puerto de Santa María.

Con Diputación y Asaja

Esas pruebas, que dieron un resultado alentador, fueron posibles gracias a un convenio entre la Diputación de Cádiz y la organización agraria Asaja de esa provincia, mediante el cual se financió este estudio científico con 18.000 euros.

El grupo de investigación de la Universidad de Córdoba probó varios remedios contra la cochinilla de la chumbera, como un hongo entomopatógeno que actúa contra este insecto y la propagación de otro insecto que es depredador de la cochinilla, que no fueron capaces de reducir significativamente las poblaciones de este insecto por estar ya muy extendidas.

También probaron con el insecticida "Metil Clorpirifos", que tuvo un éxito del 76,7 por ciento, y con un remedio considerado ecológico, una aplicación de jabón potásico aplicado en una disolución del 2 por ciento y que alcanzó una eficacia contra la cochinilla del 91,5 por ciento.

La aplicación con este jabón potásico hace que la hembra de la cochinilla pierda la capa algodonosa con que se protege y cuyo color blanco caracteriza a las pencas u hojas de chumbera que son atacadas por este insecto, cuyos machos vuelan en colonias de millones de ejemplares a diferencia de las hembras, que son sedentarias y extraen la savia de la planta hasta secarla por completo.

Sin esa protección de color blanco la hembra es extremadamente vulnerable, incluso a la luz solar -de ahí que sea conveniente efectuar la aplicación jabonosa en marzo, antes incluso de que las hembras se protejan aprovechando las temperaturas favorables-.

Pese a la eficacia de la aplicación de este jabón potásico, que además es muy barato, según ha asegurado Yousef, el grupo científico cordobés no ha podido efectuar una segunda prueba por haberse quedado sin presupuesto, a pesar de su bajo coste -esta segunda prueba sería básica incluso para publicar los resultados de estos experimentos en alguna revista científica-.

La Universidad de Córdoba remitió las conclusiones de su estudio a Asaja de Cádiz y a la Diputación gaditana, y espera una respuesta para llevar a cabo otro ensayo que confirme la positiva conclusión del primero, cuyos estudios previos determinaron que las chumberas de Cádiz están afectadas en su totalidad por el ataque de la cochinilla, que invade las plantas entre un 60 y un 70 por ciento de su superficie.

Mientras tanto, la plaga, detectada en Murcia en el 2007, se ha extendido ya de Este a Oeste por todo el Sur de España, es visible en todas las provincias andaluzas y amenaza con matar a las 6.000 hectáreas de chumberas contabilizadas en la comunidad.

 

 

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