Lola Flores, la estrella universal

Publicado: 14/05/2020
Este sábado se cumplen 25 años de la muerte de La Faraona: pasional, racial, revolucionaria, humilde e insuperable. Lola Flores dejó un legado imborrable…
No fue la mejor cantante, ni la mejor bailaora, pero encima de un escenario pocas artistas podían superar la arrolladora pasión de esta mujer, mitad gitana, mitad paya, que “apagó” su arte un 16 de mayo de 1995, ahora hace 25 años, una fecha que desde distintos rincones de España y América Latina, donde era idolatrada, será recordada y se recuperará su arte.

Poseedora de una personalidad arrolladora, Lola Flores (Jérez de la Frontera, Cádiz,  1923) es una de las artistas más indiscutibles del panorama cultura español y latinoamericano. El público se entregaba a “La Faraona” en las numerosas ocasiones que viajó por América.

Lola Flores murió en su casa del “Lerele” en Madrid a los 72 años, hace ahora un cuarto de siglo,  a causa de un cáncer de mama, una enfermedad con la que luchó durante dos décadas con la valentía de la que siempre hizo gala y de la que hablaba con total naturalidad:.

"Ha sido como un milagro”, decía pocos meses antes de su muerte.”Quitarme la cortisona, darme pastillas de hormonas y he recuperado mis 62 kilos de peso".

"No quiero morirme, quiero envejecer, no me importan las arrugas ni el bastón, quiero ver crecer a mis nietos y estar con mis hijos", señalaba entonces la artista, madre de tres hijos, todos ellos criados bajo su mando y que siguieron de distinta manera su carrera: Lolita, hoy cantante y actriz; Antonio Flores, compositor y cantante que falleció dos semanas después que su madre; y Rosario, que sigue su carrera como cantante.

 

SU ESTRELLATO.

Reconocida internacionalmente, aplaudida por Jefes de Estado y de Gobierno, Lola Flores fue agasajada por personalidades como el poeta José María Pemán que la definió como "Torbellino de colores".

Su despegue artístico se produjo de la mano del Manolo Caracol, una de las figuras más importantes del flamenco, en la década de los cuarenta, con quien formó pareja artística y sentimental.

Ambos formaron un dúo que marcó época. Escenificaban estampas, a las que Caracol ponía su voz, y “La Faraona”, el baile. Uno de sus espectáculos más celebrados fue “Zambra”, y rodaron dos películas inolvidables, “Embrujo” (1947) y “La Niña de la Venta” (1951).

La pareja rompió a principios de los cincuenta, etapa en la que Lola Flores inició su carrera artística por Latinoamérica, triunfando en México, Argentina, Cuba, Colombia…  no dejando de viajar al continente americano durante más de tres décadas.

De aquella época ha quedado para la historia lo que el prestigioso “The New York Times” dijo de “La Faraona” tras su primera actuación en Estados Unidos en 1953: "Lola Flores, una artista española, no canta ni baila, pero no se la pierdan".

Su legado en el cine, donde también dejó su arte, incluyen una veintena de célebres títulos como "Pena, penita, pena", "Morena Clara", "La danza de los deseos" , "La hermana alegría" o "María del O". En México rodó "Lola torbellino", "Los tres amores de Lola", "Limosna de amores", "Sueños de oro", "Maricruz" y "La Faraona".

Su producción musical dejó canciones como “Soy morena clara", "Echale guindas al pavo", "¡Ay, España, España mía!", "El lerele", que nadie interpretó como ella.

VIDA PERSONAL.

Relacionada sentimentalmente con futbolistas, toreros y empresario, Lola Flores se casó con el  guitarrista Antonio González "el Pescaílla", en 1958, que se convirtió en el padre de sus tres hijos.

“El Pescaílla” murió cuatro años después de “La Faraona”. "Lola tenía un corazón que asustaba. Siempre hay disgustos y cosas que suceden, pero, aparte, había un cariño muy grande entre Lola y yo", reconocía el músico a la revista “Hola” poco después de la muerte de “La Faraona”.

"Lola eran mis brazos, mis pies y mi todo, pero lo de mi hijo fue el remate: ¡en la vida me lo podía esperar!", explicaba el viudo de Lola Flores sobre la sorprendente muerte de su hijo Antonio, catorce días después de la de su madre.

"Mi madre nos daba todo su amor. Nos enseñó a querer a toda la familia por encima de todo", dijo el hijo de Lola Flores sobre su madre. Antonio Flores cayó en las drogas en los años ochenta, uno de los grandes problemas que tuvo que afrontar la artista gaditana.

“Yo iba a actuar y se me caían las lágrimas. Eso nadie sabe lo que es y no se lo deseo a nadie", recordó Lola Flores de aquella etapa sombría de su hijo.

A ese gran sufrimiento se unió en 1987 sus problemas con la Hacienda española. Lola Flores  se tuvo que sentar en el banquillo acusada de fraude por omisión de la declaración de la renta. Tras varios juicios, “La Faraona” fue condenada a 16 meses de prisión -no los cumplió al salir en libertad condicional- y multa de 28 millones de pesetas.

Lola Flores alegó que no pagó a Hacienda porque "tenía cosas más importantes que pagar", y dejó una de las frases más célebres de su vida: “Si todos los españoles pusieran una peseta para ayudarme, se acabarían todos mis problemas".

Su muerte en 1995 dejó un gran vacío, que poco a poco lo han ido llenando sus hijas Lolita y Rosario. "Parece que mi padre y mi madre dejaron genes artísticos para todos nosotros y nos los estamos repartiendo", señaló Lolita en entrevista con Efe en 2017, también refiriéndose a los nietos de “La Faraona”.

Elena y Guillermo –hijos de Lolita- actriz y músico, respectivamente; Alba –hija de Antonio- actriz conocida por su trabajo en “La casa de papel”, y Lola, -hija de Rosario- que se dedica a la producción audiovisual. El más pequeño Pedro Antonio, hijo de Rosario, tiene catorce años, nacido el mismo día que su abuela hubiera cumplido 83 años.

 

A los 25 años de la muerte de “La Faraona” su legado sigue vigente, un arte que “desafía cualquier calificación”,  como publicó “The Times” aquel 16 de mayo de 1995 para hablar de su figura, una estrella universal.

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