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La biblioteca más bella del mundo

Fueron lugares centrales del saber y el progreso intelectual humano, sus magníficos edificios se construyeron para ser bellos y duraderos. Sus espacios al mismo tiempo íntimos y enormes, y repletos de tesoros literarios únicos y de incalculable valor, con un aroma inconfundible, les confieren un encanto especial, que las vuelve mágicas y atractivas para estudiosos […]

Fueron lugares centrales del saber y el progreso intelectual humano, sus magníficos edificios se construyeron para ser bellos y duraderos. Sus espacios al mismo tiempo íntimos y enormes, y repletos de tesoros literarios únicos y de incalculable valor, con un aroma inconfundible, les confieren un encanto especial, que las vuelve mágicas y atractivas para estudiosos y viajeros.

Las grandes bibliotecas históricas, templos sagrados de la cultura donde se unen letras y arquitectura y lo más importante es el interior, son lugares bellos y majestuosos, y entre todas ellas brilla con luz propia la biblioteca Klementinum (www.klementinum.com/en) situada en Praga, la capital de la República Checa, en Europa central.

Klementinum, un fino ejemplo de arquitectura barroca, que abrió en 1722 como parte de un complejo fundado por los jesuitas en 1556, fue elegida como la Nº1 entre las bibliotecas más bellas y majestuosas del mundo, por la plataforma de arte, diseño y fotografía ‘Bored Panda’ (BP).

Así como esta biblioteca es un tesoro raro y poco conocido, también está asociado con hechos poco conocidos, según BP.

Por ejemplo, algunos de los raros libros históricos de su colección se enviaron a Google para su digitalización y posterior disponibilidad en Google Books, el complejo jesuita del que forma parte la biblioteca fue el tercero más grande del mundo y en la cercana torre astronómica comenzaron a registrarse la temperatura diaria y las lluvias de Praga a partir de 1775.

LA PERLA DE UN MAJESTUOSO COMPLEJO JESUITA.

La biblioteca barroca y la torre astronómica fueron reconstruidas y abiertas al público, dentro del programa ‘Praga, capital cultural europea 2000’, según Turismo de Praga, TdP, (https://www.prague.eu/es).

El gran complejo de Klementinum, donde se asienta la biblioteca barroca, se sitúa al lado del Puente de Carlos, justo en el centro histórico de Praga, fue construido en un área de dos hectáreas y es uno de los conjuntos de edificios más grandes de Europa.

Este complejo con una historia larga y rica y que hasta el día de hoy es un lugar importante de cultura y conocimiento, lo fundaron los jesuitas después de su llegada a Bohemia en 1556, y sus obras y reconstrucciones se desarrollaron a lo largo de más de 170 años, por lo que incluye una variedad de estilos arquitectónicos, informa Klementinum a EFE.

Los jesuitas dirigieron en ese complejo una escuela que en 1622 fue promovida a universidad. Además de aulas, dormitorios comunitarios e iglesias, construyeron una biblioteca, una sala de impresión, una farmacia y un teatro.

Esta universidad permaneció después de que los jesuitas abandonaran el complejo de edificios en 1773, y tras ser dividida en una parte checa y otra alemana solo quedó la parte checa en 1882. En 1930, su Facultad de filosófica se mudó a un nuevo edificio y Klementinum se convirtió en la sede de la Biblioteca Nacional.

UN TEMPLO DE LA LITERATURA Y LA BELLEZA.

La biblioteca barroca se abrió por primera vez en 1722 como parte de la universidad jesuita con sede en Klementinum.

Según la leyenda, los jesuitas trajeron a Praga un único libro. Pero sus fondos fueron creciendo rápidamente. A partir del 1782, todas las imprentas praguenses entregaban ejemplares a la biblioteca de manera obligatoria y 25 años después, esta obligación se extendió a toda Bohemia, según TdP.

Actualmente, la biblioteca funciona bajo el nombre de Biblioteca Nacional (Národní knihovna) y posee millones de libros, siendo el más antiguo el Código de Vyšehrad, y guardando ejemplares de dogmática, hermética y numerología, añade esta fuente.

Entre sus fondos figuran más de 20.000 volúmenes de literatura teológica, en su mayor parte extranjeros e incorporados desde principios del siglo XVII hasta tiempos recientes, incluidos algunos raros ejemplares con espinas blancas y marcas rojas pintadas, que están en la biblioteca desde la época de los jesuitas.

En 1777, la biblioteca fue declarada Biblioteca Pública y Universitaria, y en 1781, su director Karel Rafael Ungar estableció una colección de literatura escrita en idioma checo llamada ‘Biblioteca Nationalis’, que ahora tiene el mismo nombre y se ubica en la cabecera del salón de la galería.

El interior de la biblioteca barroca ha permanecido intacto desde el siglo XVIII, y el techo de su sala está decorado con frescos del pintor Jan Hiebl que representan motivos alegóricos de la educación, y retratos de santos jesuitas, mecenas de la universidad y representantes prominentes de esta orden religiosa.

Hiebl, que también es autor de las pinturas de la “capilla del espejo”, situada en el complejo de edificios Klementinum, es un artista checo que causa una gran impresión en las personas que visitan sus obras, según el portal “The Creative Adventurer”.

La pintura ilusoria de la cúpula, con temas de Ciencia y Artes, simboliza el Templo de la Sabiduría, mientras que a los lados hay medallones de jesuitas importantes y en la cabecera de la sala, hay un retrato del emperador José II, quien enriqueció la Klementinum con libros confiscados de otras bibliotecas monásticas abolidas, según Turismo de Praga.

También es notable la colección de globos geográficos y astronómicos situados en el centro de la biblioteca, principalmente obras de los jesuitas, entre los que hay relojes astronómicos construidos por el científico Jan Klein. Alrededor de las paredes hay una galería con balcón de barrera forjada, añade.

Daniel Galilea
EFE Reportajes

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