Hasta hace seis meses, los niños y niñas que llegaban al Hospital Materno Infantil de Málaga lo hacían asustados,
sabían que les iban a extraer sangre y el pinchazo les va a hacer daño.
Pero esto ha cambiado. Entre enero y junio,
152 menores, de entre cinco y nueve años, se han beneficiado de un
proyecto con gafas de realidad virtual. Los pequeños que acudieron al Área de Extracciones del centro sanitario, se pusieron las gafas en el momento del pinchazo y todo fue a mejor. Según cuenta la enfermera de esta área, Silvia Morales,
“eran niños que necesitaban ser sujetados por tres o cuatro enfermeros y, ahora, el niño por sí solo se sienta, cola su brazo, se terminaba la extracción y el niño
no se entera que ha terminado la técnica”.
En el
85 por ciento de los casos las gafas de realidad virtual han funcionado. Mientras les sacan sangre, los pequeños
ven objetos en movimiento que deben seguir con la mirada y señalar, algo que les ayuda a distraerse. Con ello, la
intensidad del dolor se ha recudido en un 59 por ciento y el estrés un 73 por ciento. Es tal su eficacia que los propios padres “no daban crédito”. “
Muchos de ellos nos abrazan”, dice Morales, e, incluso, “han llorado con nosotros” de la alegría. Lo que
antes era una pesadilla, ahora son cinco minutos que se les hacen muy cortos.
El proyecto multicéntrico, arrancó en 2018 en la Universidad de Breslavia (Polonia), y hasta ahora sea realizo en Noruega, Turquía y Málaga, donde colabora la universidad malagueña y el Hospital Materno.