Málaga

Cómo cumplir los buenos propósitos de año nuevo sin morir en el intento

¿Cuáles son las razones por las que damos tanta importancia al cierre de un año y la llegada de otro nuevo?

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  • Con las uvas llegan los buenos deseos. -
  • Siempre hay claves para escoger bien los buenos propósitos que nos hacemos y, sobre todo, para no abandonarlos pronto
  • Un estudio asegura que el 55.2% de las metas están relacionadas con la salud y más del 34% con el trabajo

Para algunos no es más que el paso de una hoja a otra en el calendario, pero para muchos, la llegada del fin de año y el comienzo del año nuevo, es todo un acontecimiento, como demuestra, por un lado la forma festiva en que solemos celebrarlo, que hasta hay quien lo empieza corriendo carreras de San Silvestre para ver si llegamos más rápido; por otro, la cantidad de nuevos proyectos y buenos propósitos que ponemos sobe la mesa para los resplandecientes 365 días que no esperan, y que suelen decaer en cuestión de días o meses, o incluso, si se apura, en algunos casos, de horas.  

Los propósitos y las expectativas siempre han de ser ajustados a nuestra realidad, es muy importante plantearse expectativas pero también es cierto que si las ponemos muy altas nos podemos frustrar rápidamente, y tender a abandonarlas

La doctora Iratxe López, psicóloga clínica recoge en un artículo de internet que dos investigadoras, Kaitlin Woolley de la Universidad de Cornell y Ayelet Fishbach de la Universidad de Chicago, en una investigación sobre los propósitos de año nuevo encontraron que el 55.2% de las metas estaban relacionadas con la salud (como por ejemplo, hacer más ejercicio, comer sano y tener hábitos más saludables, entre otros), el 34.4% de los propósitos estaban relacionados con el trabajo (ahorrar, aprender algo, organizarse mejor) y únicamente, el 5.2% guardaban relación con metas sociales (pasar tiempo con la familia, disfrutar de la vida, etc.).

La primera cuestión, en todo caso sería: ¿por qué le damos tanta importancia al fin de un año y al principio de otro cuando al final casi todo sigue igual? La respuesta nos la ofrece Mariela Checa, decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental: “En realidad el final de año lo que nos ayuda es a hacer balance, valorar lo que hemos hecho y según la cultura celebrar un acontecimiento. Psicológicamente sirve para plantearse propósitos, eso es un indicador de mejora por tanto de buena salud mental”.

Aún así, hay alguna que otra clave para encarar el paso de un año al otro para no morir en el intento: “Lo importante en el paso de un año a otro,  como en otros muchos momentos en realidad aunque en este se le dé especial significado, es una buena actitud”, asegura Checa que añade que “por eso, plantearse propósitos favorece la motivación y ayuda a tener una buena predisposición, al menos en el inicio del año. Nos ayuda a pensar en mejoras (en positivo)”.

Ahora bien frente a esos porcentajes de flamantes propósitos indicados en el estudio de las dos investigadoras norteamericanas, está la realidad de cómo se diluye el esfuerzo que le ponemos una vez entrados en el año nuevo.

De hecho, la citada doctora López en su artículo también recuerda que el profesor Seppo Iso-Ahola destaca que un aspecto importante tiene que ver con comprender qué sucede cuando empezamos a tener que pensar en la decisión de hacer ejercicio, comer más sano, aprender un nuevo idioma o cualquiera que sea nuestro objetivo: “Si puedes evitar pensar demasiado en lo horrible que sería comer una ensalada para la cena o salir a correr después del trabajo, es posible que tengas más posibilidades de seguir adelante”.

Por eso, es clave saber cómo hay que asumir las expectativas que ponemos en el año nuevo y cómo hay que tomarse los muchos buenos propósitos tan típicos como gimnasio, cursos de idiomas y otros… Según Checa “los propósitos y las expectativas siempre han de ser ajustados a nuestra realidad, es muy importante plantearse expectativas pero también es cierto que si las ponemos muy altas nos podemos frustrar rápidamente, y tender a abandonarlas,  por eso los gimnasios suelen estar llenos en enero y febrero y en marzo y en abril vacíos” (y aquí se ríe).

En todo caso, lo que no falta nunca, son peticiones al año nuevo. Que cada uno tiene la suya, pero esta es la que nos cuenta la decana del COPAO: “Yo le pido al nuevo año al 2024 mucha salud para los míos y para todo el mundo en general, sensatez para los dirigentes, coherencia a las personas con responsabilidad y capacidad de mirar a los demás como a uno mismo. Necesitamos un mundo más solidario de verdad, centrado en el nosotros y menos en el yo”.

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