La sonrisa no se borra de las caras de los dos niños refugiados sirios Husfein e Iyab, de 6 y 4 años que este jueves han oído por primera vez en Málaga gracias a sus nuevos audífonos. Procedentes del campo de refugiados ‘Ain Al Hilweh’ de Sidón, Líbano, llegaron hace apenas dos semanas a la capital, de la mano de la Asociación Palestina-Andalusí por la Infancia. Con una pérdida severa hereditaria y el trauma acústico de una bomba del Daesh del campo de refugiados de Yarmuk en Siria, en el más pequeño, ahora todo es nuevo para ellos y necesitarán un logopeda para aprender a hablar.
Como el golpe de una puerta al cerrar o el sonido de los juegos infantiles con los que se entretenían mientras Ismael Gil, del Centro Auditivo Aural, se ocupaba de que todo estuviera correcto. “Hoy es un día muy especial”, aseguraba el médico. También lo es para Rafael Aldehuela, el malagueño fundador de Apainf que ha hecho posible traerles. “Se quedarán aquí durante un tiempo para ver cómo evolucionan, tienen que ser normales, ir a los parques, jugar con otros niños, la anormalidad es donde ellos viven, aunque tendrán que volver”, asegura. La solidaridad malagueña ha cambiado sus vidas.
