Sonriente y con la agenda llena de objetivos y actividades, así ha comenzado su andadura en la presidencia de la Real Federación Andaluz de Golf (Rfag) el malagueño Pablo Mansilla, cuya candidatura, la única que se había presentado al organismo federativo, fue respaldada por unanimidad y ratificada este viernes por la Junta de Andalucía.
¿Cómo surgió su candidatura para presidir la Real Federación Andaluza de Golf?
–No me lo había planteado nunca pero ha habido muchas dificultades en los procesos electorales anteriores y sumado a la mala prensa hizo que algunas personas pensasen que yo podría evitar que acabara esa guerra.
¿Con qué objetivos se embarcó finalmente en la candidatura?
–El golf está perdiendo fuelle, no solo en España o Andalucía, sino en el mundo entero, fundamentalmente porque se tarda mucho en jugar y la gente ya no tiene ese tiempo; por lo que el golf necesita cambiar para seguir teniendo ese tirón y ese es mi principal objetivo: adaptarnos a ese cambio, hacerlo más atractivo, atraer nuevos jugadores y que vuelva a crecer.
Conoce bien el golf andaluz y malagueño porque lleva vinculado más de 30 años.
–Empecé en El Candado con 13 años porque vivía allí y mis padres me abandonaban en verano. Ha sido una gran escuela de vida, educación y deporte. Dejé de jugar en el periodo universitario que es algo en lo que tenemos que trabajar puesto que es bastante habitual.
De hecho en la Universidad de Málaga (UMA) hay un programa...
–Sí, el University Golf Program Málaga (UGPM). Colaboramos mucho con ellos y lo vamos a seguir haciendo.
¿Parece que las instituciones vuelven a dar un impulso a la Costa del Golf?
–Hay dos aspectos: el golf como deporte en sí, que está decayendo, ha habido una disminución muy importante del número de practicantes y federados, y el golf como industria turística que ha tenido una etapa mala, también ha sufrido la crisis. Ahora los campos están llegando a cifras de negocio importantes y parece que las instituciones se están ocupando de una de las principales industrias turísticas que no tienen lugar en verano.
De los números a las reglas. ¿Por qué se dedicó al arbitraje?
–Casi todos los árbitros se hacen por lo mismo: porque un día dan una decisión incorrecta o correcta pero no gusta y eso hace que estudies el porqué. Empecé a ver foros y me envicié mucho con las reglas pasando de árbitro autonómico a nacional para, en 2013, llegar a ser internacional.
Logra la categoría de árbitro internacional y le invitan a participar en los Juegos Olímpicos de Río este pasado verano. ¿Cómo fue la experiencia?
–Después de 112 años el golf volvía a ser olímpico y yo estaba entre los 32 árbitros de todo el mundo que participaban en la competición masculina, era una sorpresa, no me lo esperaba. Estuve a punto de borrar el correo creyendo que era spam. Los Juegos fueron una experiencia impresionante, una ciudad volcaba en todo tipo de deportes, por primera vez en mi vida vi la halterofilia.
Otra de las áreas que quiere desarrollar es el golf en los colegios. ¿Cómo?
–Tenemos que entrar en los colegios. Esta iniciativa ha empezado a través de la federación española pero tenemos que poner más esfuerzo en ello. Existen programas para que a través de la asignatura de Educación Física se pueda aprender a jugar al golf formando al profesorado. Aunque queremos ir a más y conseguir que del colegio salgan y vayan al campo de golf. Y a medio plazo espero tener una liga entre centros de golf igual que la hay de fútbol o baloncesto.
¿Se trata de trabajar para alejar la imagen elitista del golf?
–Exacto, porque no lo es en absoluto. Es verdad que hay clubes elitistas pero como los hay de tenis. No tiene que ser caro. Si haces las cuentas de lo que cuesta y las horas que le dedicas al golf es más barato que jugar al pádel, y nadie piensa que el pádel sea caro.
En la élite, Andalucía tiene grandes golfistas para provocar efecto llamada, ¿no?
–Es importantísimo. El ejemplo que dan Azahara Muñoz, Belén Mozo o ahora María Parra es fundamental para atraer jugadoras. Nos hacen falta más chicas porque deben rondar en un 20 por ciento el porcentaje de jugadoras y deberíamos ir a la par. Cuando hay un ídolo, crea afición y eso lo vamos a conseguir con las chicas y con los chicos. Tenemos a Miguel Ángel, Alejandro Cañizares y nuevas figuras como el granadino Scott William Fernández o Mario Galiano. Grandes figuras que pueden hacer afición. Pasó con Severiano Ballesteros, ojalá salga de nosotros un Severiano.