Málaga respira aire de calidad

en estado general de calidad. Así lo demuestra los resultados del proyecto CURMOS, que recoge los datos de 40 dispositivos instalados en las bicicletas de usuarios habituales de este vehículo y que ofrecen datos de toda la ciudad. Para realizar  este estudio,la superficie malagueña se ha dividido en 3.271 teselas, de las cuales sólo se han dado por válidas 2. 355. Del total analizado en sólo 130 se han registrado niveles altos de contaminación, lo que suone un 5 por ciento de las zonas de estudio.
El concejal del Área de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, ha dado a conocer este martes los resultados del primer informe trimestral de la calidad del aire de la ciudad promovido por el Ayuntamiento desde principios de este año. Esta información permitirá la realización de un diagnóstico, que servirá posteriormente de base para la puesta en marcha del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de Málaga. “Queríamos saber cómo está toda la ciudad entonces con los 40 sensores se ha ido recorriendo toda la ciudad. Para darle más estabilidad a las mediciones se han descartado aquellos puntos por los que se ha pasado menos de diez veces porque entendemos que pasando una  sola ve no podemos tener una medida de calidad”, apuntó Jiménez. 
En las zonas correspondientes a las evidencias de niveles altos de contaminación, se desplegarán en segunda fase las rutas de carteros para proceder a estudios en profundidad y verificación del estado de dichas teselas y alrededores. El objetivo es verificar las medidas y, en caso necesario, plantear medidas de mejora y correctoras en dichas áreas. El dispositivo Appmósfera, creado por la empresa malagueña Urban Clouds aún funcionará nueve mes más “para tener cada vez más una precisión lo más certera posible”. Así lo explicó Daniel Caro, responsable de la empresa creadora de los medidores que apuntó que más adelante podrán explotar los datos  en función de los meses, de la estación del año y de algunos elementos naturales como el repunte del ozono y el aporte sahariano de las partículas, ambos habituales en época estival.
Uno de los puntos sensibles de contar con alta contaminación son los alrededores de la cementera de la Araña, lo que ha creado incluso protestas vecinales,  aunque según los expertos no hay nada que temer. “Todos los datos ha dado buenos. La máquina de La Araña mide ozono, dióxido de nitrógeno  y partículas y sólo hemos encontrado un pequeño pico  pero no es muy representativo porque no hemos descontado todos los aportes naturales como el polvo del Sahara con lo cual todo nos dice que la calidad el aire es excepcional y a prioiri no parece que haya una afección de la cementera en esa zona”, explicó Caro. 
Por último, Raúl Jiménez  advirtió que los datos utilizados para la elaboración  de este primer informe han sufrido una validación temporal y por  lo  tanto los resultados obtenidos en los  mismos son provisionales.