Una universidad en Japón ha descubierto una nueva forma de mantener fresco a su robot humanoide mientras se entrena haciendo flexiones. Sudando.
El robot, llamado Kengoro, desarrollado por la Universidad de Tokio, se mueve mediante un complejo sistema de motores que son vulnerables al sobrecalentamiento. Su estructura no deja espacio para instalar ventiladores y radiadores, que son los componentes clásicos que se usan para refrescar los ordenadores, así que los ingenieros han decidido copiar al ser humano. Los ingenieros crearon pequeños huecos en su estructura que permite que el agua salga, refrescando las áreas con más probabilidades de sobrecalentarse.
De esta manera Kengoro puede hacer flexiones durante 11 minutos sin poner demasiada tensión en sus motores. Mide 1,70 metros y pesa 57 kilos, tiene parte de su armazón hecho con polvo de aluminio mediante una técnica parecida a la impresión 3D, lo cual permite que diseños complejos puedan hacerse de este metal.
Eficiencia máxima. Con sólo media taza de agua Kengoro puede correr durante medio día.
«Normalmente el armazón de un robot sólo está usado para soportar fuerzas» afirma Toyotaka Kozuki, el ingeniero que capitanea el proyecto, a IEEE Spectrum. «Nuestro concepto fue añadir más funciones al armazón, usando transferencia de agua, liberación de calor y al mismo tiempo soporte de fuerzas».
Sólo le falta que hable. Todo se andará.
