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Seleccionar los mejores anuncios para aumentar nuestros ingresos

Eso de que el amor mueve el mundo es cierto, pero solo en parte. Puede que medio mundo se mueva por el cariño incondicional al prójimo, pero la otra mitad se mueve gracias a la publicidad. Allí donde hay un medio, hay una ristra de anuncios esperando ser colocados. No importa si el soporte es […]

Eso de que el amor mueve el mundo es cierto, pero solo en parte. Puede que medio mundo se mueva por el cariño incondicional al prójimo, pero la otra mitad se mueve gracias a la publicidad. Allí donde hay un medio, hay una ristra de anuncios esperando ser colocados. No importa si el soporte es blando, duro o gaseoso, siempre habrá alguna empresa dispuesta a invertir en campañas publicitarias.

¿Pueden los ads aumentar los ingresos?

Unos invierten, otros cobran y el resto consume. Es un ecosistema sencillo y equilibrado que se ha repetido desde el primer momento en el que lenguaje humano permitió la aparición del trueque. Puede que nuestros ancestros no tuvieran muy claro que es eso que ahora llamamos mercadotecnia, pero seguramente el inventor de la rueda intentó venderle la moto (literalmente) al vecino en algún momento.

Podría decirse que el arte publicitario es algo inherente a los procesos de intercambio de información. Es más, cuanto mayor es el alcance de un medio más obvio resulta esta asociación. Las rotativas dejan tinta patrocinada, página sí, página también; la radio emite sus cuñas con mensajes directos al consumidor; la televisión asume un porcentaje desorbitado de espacios publicitarios, especialmente en el sector privado; y luego está la red de redes, ese portento informático de la era posmoderna que destroza las estadísticas.

Está claro que los anuncios sirven para mejorar los resultados (ganancias, ventas, tráfico web, etc), pero hay que saber cómo manejarlos. Los ads tienen vida propia, pero para que tengan un impacto positivo en los ingresos hay que interrelacionarlos con otros aspectos propios de una campaña. Un anuncio sin una segmentación previa o una estrategia concreta en función del medio/soporte no tiene valor, sobre todo cuando hablamos de monetización web.

¿Cómo dar con el anuncio perfecto para una campaña?

Un ad debería cumplir al menos cuatro requisitos: ser útil, coherente y mensurable. La utilidad se define en función de las necesidad del público, algo que se explica a la perfección desde la perspectiva del márketing de contenidos. Para ser útil tiene que ser coherente, es decir, tiene que estar contextualizado. Por ejemplo, un anuncio de papas fritas funcionará mejor en una web de cocina que en una web de ingeniería mecánica. Parece de cajón, pero no siempre se acierta en este sentido.

Además tiene que ser mensurable por una razón muy simple: hay que medir todo para evaluar correctamente el éxito o el fracaso de la campaña. Un éxito que dependerá de la relación real que haya entre la implementación de los ads y el aumento de los ingresos. Quizá se podría añadir una aspecto técnico que estaría relacionado con la visibilidad del anuncio y respondería a preguntas como: ¿es dinámico?, ¿es original?, ¿supera los bloqueadores de publicidad?

Dime qué ads usas y te diré qué ingresos tienes

En el reino de la monetización, Adsense ordena y manda. Hay otras empresas dedicadas al suministro de ads, pero Google es el que parte el bacalao en este y otros aspectos de la Red. En todo caso, el problema que presentan todas las plataformas es el mismo: no terminan de convencer al usuario para que mejore u optimice los anuncios que vienen de fábrica, por así decirlo. Este perfil de usuario, el conformista, no llega muy lejos (al menos según las estadísticas).

Parece comprensible que el que se conforma con las herramientas que le dan no supere sus expectativas básicas; pues, bien, es totalmente cierto en lo que respecta a los ingresos generados a través de la publicidad web. Es bastante difícil, por no decir imposible elegir un nicho, crear contenido a tutiplén, monetizarlo básicamente y esperar una cascada de billetes morados. No, para aumentar los ingresos hay que currárselo un poquito más.

Pero no hay que desesperar si uno no es un máquina del márketing online o es primerizo en el entorno Adsense. Hay plugins muy socorridos, opciones para crear experimentos que van solos y herramientas que se pueden enlazar para mejorar el rendimiento (véase Analytics). Pero eso son palabras mayores, quizá lo mejor sea empezar por elegir correctamente los anuncios, entendiendo por correctos los que aumenten los ingresos, claro.

En realidad, el mejor anuncio es el que se integra en la página como si fuera parte del todo, no un intruso que no para de molestar. Para ello lo ideal es manipular tanto el texto (fuente, tamaños, tipografía, etc) como los colores, para que los ads se conviertan en parte del contenido y no en ese típico comercial que llama a la hora de la siesta para venderte vete a ser qué. El tamaño y la colocación también son aspectos fundamentales, siendo el primero personalizable en Adsense. La contrapartida de personalizar el tamaño es que la probabilidad de que Adsense encuentre un anuncio contextual es menor, por lo que disminuirá la calidad de los ads en cuanto a coherencia y utilidad.

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