Guerra a los silbidos y comentarios obscenos en Francia, donde se pagarán entre 90 y 750 euros de multa por molestar a otras personas con este tipo de actitudes.
Así lo anunció el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, quien asegura que «el 90% de las mujeres que utilizan el transporte público consideran haber sido víctimas de violencia física o verbal o algún tipo de acoso».
La polémica está servida porque hay quien considera que un piropo es acoso y, aunque no deje de ser una actitud reprobable, las críticas se centran en la cuantía de una multa. Además, si un piropo es «acoso», ¿cómo distinguir a las víctimas de «acoso en grado mayor»?
«Debemos acabar con esto», explica Griveaux sobre su afirmación anterior, aunque sin aclarar si la idea servirá para ambos sexos o si las mujeres podrán piropear y/o silbar a los hombres sin problemas.
La diferencia de dinero en las cuantías de las multas funcionará según «la rapidez en el pago de dicha infracción», que será tramitada por la policía de proximidad, un cuerpo de agentes callejeros que pretende desplegar el gobierno.
¿Imaginas esta medida en España? A modo de broma podríamos decir que sería el terror de los albañiles.
