Con las tropas iraquíes pisándoles los talones en la mitad oriental de Mosul, los yihadistas recurren a infiltrarse entre los civiles, disfrazarse, esconderse en túneles e inmolarse para tratar de defender su "capital" en Irak.
Los combatientes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) emplean a los habitantes de Mosul como escudos humanos o se visten de civiles para no ser reconocidos por las fuerzas gubernamentales.
Estas "tácticas sucias", como las define un responsable de la Gobernación de Nínive, cuya capital es Mosul, Jalaf al Hadidi, han causado decenas de muertos entre los soldados, pero también entre la población civil.
Al Hadidi explicó que hay a "yihadistas vestidos de civiles pero con armas y cinturones explosivos" y que, cuando empiezan los combates, muchos de ellos entran en las casas de los vecinos, suben a las azoteas y obligan a las familias a prestarles ayuda.
Para los civiles es un imposible negar esta asistencia, ya que si lo hacen son asesinados ante otros miembros de su familia acusados de "apostasía y espionaje", señaló Al Hadidi.
Todas estas artimañas dificultan al Ejército la distinción entre los civiles y los yihadistas, ya que los primeros no pueden siempre seguir los consejos de las autoridades de no subir a las azoteas y alejarse de las posiciones del EI.
En otras ocasiones, los radicales se visten de negro, guardando una gran similitud con los uniformes de las fuerzas antiterroristas, y pintan sus vehículos militares como los de este contingente.
El responsable de la Gobernación de Nínive denunció que estas tretas buscan "engañar a los civiles". Aquellos que dan la bienvenida a las supuestas fuerzas antiterroristas son ejecutados.
Y es que los civiles son los grandes damnificados durante la ofensiva militar para liberar Mosul, lanzada el pasado 17 de octubre desde tres frentes.
Un habitante del sector oriental, Husein Ahmad al Yaryari, dijo a Efe que el EI evacúa "forzosamente a parte de las familias de los barrios residenciales mientras impide la salida de otras para utilizarlas como escudos humanos durante los combates".
En este sentido, la portavoz del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, denunció esta semana que "los yihadistas evitan que las personas huyan, con asesinatos para atemorizar a la población".
Algunos consiguen saltarse esta prohibición de abandonar el sector oriental con pretextos como ir a la compra o al hospital, y se dirigen a casas de familiares que residen en la orilla occidental del Tigris, donde todavía no han llegado los combates.
"Salen con estas excusas de sus casas y sin llevar equipaje para no levantar sospechas", explicó el vecino Al Yaryari.
En el interior de la urbe, también combaten a los extremistas los llamados Caballeros de Mosul, grupos de vecinos armados desplegados en numerosos distritos que conforman la resistencia interna.
Uno de sus dirigentes, Mohamed al Musali, explicó a Efe que otra táctica usada por los yihadistas para dificultar el avance de las tropas es la quema de crudo.
"El EI llenó las fuentes de calles y plazas con petróleo y luego las incendió para crear columnas de humo que impiden a la aviación sobrevolar" la ciudad, precisó.
Al Musali indicó que la situación en el sector oriental de Mosul es "parecida a un toque de queda" y que las instituciones y servicios públicos no funcionan pues el EI exigió a sus miembros abandonar estas funciones y unirse a la lucha.
Durante la batalla, la estrategia del EI se basa asimismo en esconderse en túneles y moverse a través de ellos para sorprender a las fuerzas de seguridad.
También en la colocación de artefactos explosivos improvisados, el despliegue de francotiradores y los ataques de suicidas, según el analista militar iraquí Rabea al Yuari, quien lamentó que estas maniobras causan cuantiosas bajas en las filas gubernamentales.
"El combate dentro de Mosul -continuó el experto- es diferente a la lucha en la periferia, de combates abiertos se pasa a una guerra callejera, que es más difícil y agota a las tropas".
Para el analista, la solución a este problema pasa por "usar la técnica de la entrega aérea para separar los barrios", aludiendo al lanzamiento en paracaídas desde el aire de las tropas.
Así es más fácil abatir a los yihadistas que queden en el barrio y evacuar a los civiles, según Al Yuari, que auguró que esto motivaría a más vecinos a levantarse contra el EI en el interior de Mosul.