Las primeras investigaciones sobre el accidente del avión de Ethiopian Airlines, que causó en marzo pasado 157 muertos, muestran que la tripulación del Boeing 737 MAX 8 siguió todos los procedimientos de seguridad, pero no pudo desactivar el software de control automatizado que hizo descender a la aeronave.
Según los hallazgos revelados este jueves por la ministra etíope de Transporte, Dagmawit Moges, el piloto intentó desactivar en varias ocasiones el control automatizado del vuelo, que impulsó al avión a caer "en picado" pocos minutos después de despegar del aeropuerto internacional de Adís Abeba el 10 de marzo.
"El despegue fue normal y adecuado. El piloto hizo varios intentos de retomar el control de la aeronave, pero la activación de vuelo en picado se produjo de forma reiterada", explicó hoy Dagmawit en una rueda de prensa en la capital etíope.
Tanto el piloto como la tripulación recibieron el entrenamiento y formación adecuados, y siguieron todos los procedimientos que el fabricante estadounidense detallaba en los manuales de la aeronave, cuyas cajas negras -claves para esclarecer la causa del siniestro- se están examinando en Francia.
El Gobierno etíope, basándose en estos primeros hallazgos, recomendó a Boeing que compruebe su software de control automatizado y el resto de tecnologías instaladas en este modelo de avión.
También pidió a las autoridades de seguridad aérea que revisen con cuidado la tecnología de los aviones Boeing 737 Max 8, que se encuentran inmovilizados en tierra en todo el mundo como consecuencia de la tragedia, antes de que vuelvan a ser operativos.
El informe preliminar sobre el suceso se publicará en los próximos 26 días, según dictan los estándares internacionales, pero se descarta de esta forma cualquier fallo humano como causante del accidente, según adelantó la ministra.
"Estamos muy orgullosos del cumplimiento de nuestros pilotos de los procedimientos de emergencia y del alto nivel de profesionalidad en unas situaciones extremadamente difíciles", dijo el director general de Ethiopian Airlines, Tewolde Gebremariam, en un comunicado emitido tras conocerse los datos de la investigación.
La aerolínea de bandera etíope, que es la más grande de África y tiene un buen historial de seguridad aérea, reaccionó de esa manera al insistir en que, "a pesar del enorme trabajo (de la tripulación) y del cumplimiento de los procedimientos de emergencia, desafortunadamente no pudieron retomar el control del avión".
El informe final más detallado sobre la tragedia tardará aún un año en estar listo, pero, según la ministra etíope de Transporte, irá en línea con las revelaciones expuestas este jueves.
El Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines se estrelló el pasado 10 de marzo poco después de despegar del Aeropuerto Internacional Bole de Adís Abeba, con rumbo a Nairobi.
A los seis minutos de vuelo, el pilotó reportó "dificultades" y solicitó regresar al aeropuerto etíope, petición que le fue concedida, pero el aparato se estrelló a unos 42 kilómetros al sudeste de la capital del país, causando la muerte de todos sus ocupantes.
Los 157 fallecidos pertenecían a 35 nacionalidades, sobre todo de Kenia, Etiopía y Canadá, además de 22 miembros de varias agencias de las Naciones Unidas y dos españoles
Una investigación del diario estadounidense The Wall Street Journal ya reveló este miércoles que los pilotos del avión siniestrado siguieron los pasos de emergencia establecidos por Boeing para recuperar el control del avión, pero no lo lograron.
Según esa información, los pilotos reencendieron el sistema automatizado, conocido técnicamente como MCAS, que sirve para evitar el estancamiento del avión, y utilizaron interruptores eléctricos para intentar elevar el morro, pero al activar el sistema este continuó impulsando el aparato hacia abajo.
La ministra etíope incidió hoy en que la tripulación intentó "repetidamente" tomar el control de la nave y desbloquear la función automatizada, pero sin éxito.
El MCAS, que ha sido objeto de investigaciones de la Justicia estadounidense, estuvo también involucrado en el accidente aéreo de Lion Air en Indonesia con un avión 737 MAX en octubre del año pasado, en el que murieron 189 personas.
El accidente de Ethiopian Airlines provocó pérdidas de casi 13.000 millones de dólares de capitalización bursátil (-5,33 %) a Boeing, solo el día después de la tragedia.
Además, compañías aéreas de todo el mundo anunciaron después la inmovilización de aviones 737 MAX por las dudas sobre su seguridad, y casi todos los países cerraron sus espacios aéreos al vuelos de esos aparatos.
La Administración Federal de Aviación (FAA, en sus siglas en inglés) de EEUU señaló en marzo pasado que tomará "medidas inmediatas y apropiadas" si identifica algún problema que afecte la seguridad del Boeing 737 MAX.